Dicen que los sufridores van al cielo y sí, los del Athletic irán al cielo.
San Mamés siempre es hogar, una afición volcada al 100%, una religión para los vizcaínos. El ambiente festivo comienza horas antes, las calles de Bilbao se inundan de color rojiblanco, Iribar nunca se encuentra solo frente a San Mamés.
45.917 gargantas rugen en La Catedral.
El partido ha comenzado intenso, el gol tempranero en propia puerta ha cambiado por completo las intenciones del Athletic. Un partido lleno de trompicones pero con claro dominio del conjunto local. Después de insistir e insistir llegó el premio para el delantero pitxitxi del Athletic, Guruzeta.
Segunda parte muy tensa y con muchas pérdidas de tiempo. Las ocasiones del Athletic persistían durante todo el segundo tiempo pero sin éxito. Finalmente, acabó el partido con pitidos al trío arbitral.
Un punto que no sirve para seguir el sueño de Champions, pero tampoco para la salvación.
