Corría el minuto 80 cuando entró Joselu Mato, el desenrredador de esta Champions.
En cada gran título hay diferentes momentos que marcan un antes y un después en cada partido, en cada lance.
La eliminatoria entre el Real Madrid y el Bayern München no es ajena a esta tradición y lo vivido hace escasos días en el estadio Santiago Bernabéu tampoco.
Corría el minuto 75 de encuentro, cuando Davide Ancelotti, segundo entrenador del cuerpo técnico blanco e hijo del máximo mandatario del banquillo blanco, realizaba una observación al oído de su progenitor, Carletto no vio conveniente hacerle caso en ese momento, las dudas eran máximas.
Siendo el minuto 78, Davide lo vuelve a intentar de forma más vehemente y es en ese momento cuando Carlo da la venía para que se llame a Joselu, que calentaba desde hacía ya buenos minutos en la banda.
Minuto 80 y entra don Joselu Mato, espíritu blanco y garra hispana como pocos, el resto todos lo sabemos, es historia.
Minuto 87 Joselu, tras un fallo en un despeje del portero alemán Manuel Neuer, pesca el balón y lo manda al fondo de las mallas de la portería del fondo sur, inapelable y muy celebrado ese gol.
Minuto 90 ya cumplido, el loco Antonio Rüdiger coge un centro en el segundo palo, realiza una pequeña progresión y pasa a un Joselu que una vez más vestido de salvador blanco remata a placer.
Momentos de incertidumbre, en el campo se invalida el gol por posible fuera de juego de Joselu, pero el árbitro no había pitado antes del remate del jugador madridista, por lo que el VAR entra en liza.
Tras una revisión del videoarbitraje el gol es validado, Joselu no está en fuera de juego porque el balón parte de una posición más adelantada a la suya, por lo tanto, no existe fuera de juego, el gol es validado.
Quedarían todavía momentos de nervios que podrían haber tirado al traste el triunfo blanco, minuto 90 cumplidos y un posible gol del Bayern que no fue validado por haber pitado un polémico fuera de juego antes del remate y que el VAR no pudo revisar por este mismo motivo provocaron las airadas protestas por parte del equipo bávaro.
El triunfo ya tenía dueño, la historia ya tenía héroe, era Joselu Mato, pero en la sombra un DA Davide Ancelotti sonríe, pues sabe que la victoria es también un poco suya.
