El Real Madrid se proclamó ayer campeón de su decimoquinta Champions, y ya son seis en diez años
Wembley fue testigo la noche del 1 de junio de una página más de la historia del club más laureado de Europa, el Real Madrid. Los merengues hicieron una nueva gesta venciendo a un Dortmund que plantó cara sobre todo durante la primera parte. Sin embargo, durante esta década prodigiosa que ha vivido el Madrid desde ese gol de Ramos en Lisboa, parece que gana fuerza la idea de que no puedes desperdiciar nada ante los blancos. Fue un partido en el que el equipo de la capital española fue de menos a más, y donde emergieron dos de las grandes figuras de la temporada, Carvajal y Vinicius.
La despedida de la brújula del Madrid
Pero detrás de esta nuevo título, hay muchas historias individuales y colectivas que la hacen más importante si cabe. Para empezar, como no, hablar de Toni Kroos. El alemán jugó su último partido a nivel de clubes, despidiéndose por todo lo alto y mostrando una emoción nunca antes vista, por su carácter al más puro estilo alemán. Cuando era la despedida de su compañero de batallas, Módric, la que parecía destinada a cumplirse este año, el germano sorprendió a todo el mundo fútbol. Pero ha decidido irse como siempre había asegurado que quería hacerlo, y como no muchos son capaces, en su mejor nivel.
Primero en su despedida del Bernabéu con las lágrimas de su hija, y después ayer en el momento de su sustitución y en los momentos de celebración, mostró su amor por el escudo. Ahora le queda, sin embargo, tratar de irse todavía más en la cúspide, con un nuevo título para su selección, y en su casa.
La vuelta del nuevo santo
Aunque siempre suelen ser otros jugadores los que se lleven el protagonismo, en las finales suele destacar la figura del portero. Y así lo consiguió de nuevo Curtuois, manteniendo al Real Madrid en los peores momentos de juego merengue. El belga ha llegado al final de temporada después de sufrir dos lesiones, consecutivas prácticamente, con su nivel en duda.
Pero si algo demostró ayer, es que Ancelotti no se equivocó en su elección, a pesar de la temporada de Lunnin. El ex del Chelsea volvió a demostrar porque sigue siendo considerado el mejor portero del mundo. Buena prueba de ello es que en los cinco partidos que ha jugado, cuando su vuelta se presuponía podía ser lenta, ha conseguido mantener la portería a cero.
La fábrica llega al Olimpo
Si una cosa suele criticarse al Real Madrid, es que sea un equipo de cartera y no de cantera. Es decir, que pocos de los jugadores que se forman en sus escuelas, llegan al primer equipo y se hacen con un hueco. Pero, incluso en los últimos años, probablemente la mejor época del madridismo moderno, han emergido jugadores provenientes de las categorías inferiores. Entre los más destacados sin duda se encuentran Carvajal y Nacho.
Sus historias son diferentes, y parece ser que su futuro también, pero ambos representan el madridismo. Quien fuera el joven que pusiera la primera piedra de la ciudad deportiva junto a Alfredo Di Stéfano, ayer se convirtió, con gol incluido, en uno de los jugadores con más Champions de la historia, solo igualado por algunos de sus compañeros. Entre esos compañeros también se encuentra Nacho. El central ha disfrutado de la que puede ser su última temporada como blanco, llevando dos títulos a Cibeles como capitán. Sin duda, representado el sueño de todo canterano.
A las puertas del Balón de Oro
Y no podía quedar atrás el otro goleador de la noche, Vinicius. El brasileño, con su gol de ayer se consagra sin duda, a falta de Eurocopa y Copa América, como el principal candidato al mayor galardón del fútbol a nivel individual. Tras tener una temporada marcada por una lesión, y con un inicio poco fructífero, ha demostrado que pocos jugadores, prácticamente ninguno, aparecen en los momentos importantes tanto como él.
Ni si quiera la todopoderosa llegada de Bellingham, que ha bajado su rendimiento en la segunda vuelta, ha logrado opacar el juego del carioca. Ya son dos Champions, con 23 años, y más goles en eliminatorias europeas que jugadores como Robben o Gareth Bale.