River Plate empata contra Colo-Colo por cuartos de libertadores y deja abierta la eliminatoria para la vuelta en Buenos Aires.

Marcelo Gallardo
Gallardo tras el empate en Chile

Colo-Colo recibía en Monumental David Arrellano a un River Plate que partía como favorito. El equipo argentino salió a ganar el Colo-Colo – River Plate desde el primer momento, agobiando al conjunto local con una contundente presión que impidió que el cuadro Chileno sacase el balón jugado.

River llegó en repetidas ocasiones a la portería de Cortés, pero la falta de precisión a la que últimamente nos tiene acostumbrado Gallardo impidió que se adelantase en el marcador. A pesar de la fuerte presión de River y las continuas llegadas de Borja, la ocasión más peligrosa llegaría tras un tiro de Roque Gil que se estrelló contra el larguero de Armani.

Después del susto, River no tardó en recomponerse y seguir con su presión hasta que en el minuto 43´, en el que Pezzella adelantó al millonario tras una potente volea. El ex-bético celebro besando el escudo de River, que llegaría al descanso ganando por 0-1.

Segunda parte: Monotonía en el Monumental.

En la segunda parte el desgaste físico le pasó factura a River, que se limito a ceder el balón al conjunto Chileno. Ambos equipos nos dejaron un segundo tiempo muy peleado y sin demasiadas llegadas por ningún cuadro.

A medida que pasaban los minutos, Colo-Colo ganó confianza, hasta que en el minuto 61´ ,Carlos Palacios aprovechó un pase filtrado de Vidal que batió a Armani. El gol sería anulado por el juez de línea, pero el VAR corrigió al colegiado y concedió el 1-1.

El gol hizo levantarse al estadio chileno que motivó a su equipo a ir a por el partido. River sufrió el tiempo que restó del partido, teniendo que conformarse con el 1-1 y dejando que la eliminatoria se decida en el Monumental.

En rueda de prensa, Marcelo Gallardo dio la cara por el equipo y declaró: «Nos terminó desdibujando´´. Al club de Núñez le está costando sentenciar los partidos, y los cuatro empates en los últimos cinco partidos así lo demuestran. Las sensaciones son grises ante el superclásico del sábado.

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