El Sevilla se llevó el triunfo frente al Real Valladolid por 2-1, con una gran actuación de Lukebakio.
El Sevilla FC logró una importante victoria ante el Real Valladolid en un encuentro disputado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, donde la afición sevillista mostró su apoyo incondicional desde el primer minuto.
Desde el inicio, el equipo local tomó el control del juego, buscando establecer su dominio con una posesión efectiva y un ataque incisivo. El primer tiempo empezó un poco brusco, y con pelotazos hacia arriba, ningún equipo parecía que quería jugar con el balón, pero después de unos minutos vino la primera ocasión del partido, por parte de Saúl.
El Real Valladolid estaba bien organizado en defensa, evitando las intentonas de Lukebakio, Peque, Saúl y compañía. En el minuto 44, una jugada rocambolesca, acabó en Lukebakio, quien le dio el pase de la muerte a Peque para que definiera.
El estallido de alegría en las gradas fue instantáneo, reafirmando la conexión entre el equipo y su afición. A pesar del gol, el Valladolid no se desanimó. En la segunda parte, salió con una actitud renovada, buscando el empate. La presión sobre la defensa sevillista comenzó a aumentar, y hubo muchas ocasiones peligrosas por parte de los vallisoletanos.
En el minuto 52′ llegó un mazazo en el conjunto andaluz, Saúl se rompía, y tenía que ser sustituido por Agoumé. Poco después, el esfuerzo del Valladolid dio sus frutos. Una gran jugada de Mario Martín, que es el que finalmente dio el pase para que Kike Pérez rematara, y empatara el partido para los visitantes.
Los vallisoletanos celebraron el gol con fervor, reavivando la esperanza de conseguir al menos un punto en su visita a Sevilla.
Sin embargo, el Sevilla no estaba dispuesto a dejar escapar la victoria en casa. En los minutos siguientes, intensificó su presión y comenzó a generar más oportunidades.
En el minuto 61′, Ejuke, que había entrado como sustituto, se convirtió en el héroe inesperado.
Tras una excelente jugada de Lukebakio por la izquierda, un rebote le dejó el balón al nigeriano para que disparara al palo largo del portero, y así desatado la locura.
Con el 2-1 a favor, el Sevilla se dedicó a gestionar la ventaja. El Valladolid, aunque intentó reaccionar, no pudo concretar sus últimas ocasiones, enfrentándose a una sólida defensa que supo mantenerse firme.
El pitido final confirmó la victoria sevillista, dejando a los aficionados celebrando, el conjunto de García Pimienta conseguía una victoria después de la derrota frente al Alavés, esto era un chute de moral totalmente necesario.
Esta victoria se traduce en un impulso importante para el Sevilla en la liga, manteniéndose lejos de esos puestos de la zona baja.
El Valladolid, por su parte, deberá reflexionar sobre su rendimiento, ya que aunque mostró coraje y determinación, la falta de efectividad en momentos clave les costó valiosos puntos.
En resumen, el Sevilla 2-1 Real Valladolid fue un partido lleno de emociones, donde la calidad y la entrega de los jugadores locales brillaron.
La afición sevillista se marchó con una sonrisa, mientras el Valladolid quedó con la sensación de que el esfuerzo no siempre se traduce en recompensa.