El Decano no está teniendo un inicio fácil de temporada en ningún sentido, ni deportivo ni extradeportivo.
No es ningún secreto que la situación del Recre no es la mejor a estas alturas de la temporada. Aunque aun es pronto para hacer críticas muy férreas, todo apunta a que será un año duro para los recreativistas.
Los fichajes que han llegado al Colombino no es que no superen lo que ya había, sino que en algunos casos, hacen peor al equipo de lo que lo era la temporada pasada. No obstante, aunque esa no es la cusa de los males en el terreno de juego, en los despachos tampoco están siendo tiempos fáciles.
Un Recreativo dañado desde hace años
Todo esto no es nuevo, de hecho, es uno de los motivos por los que el Decano esté luchando por volver al fútbol profesional más de 10 años después. Todo comenzaba cuando la empresa Gildoy, encabezada por Pablo Comas, compraba el paquete accionarial mayoritario del Recreativo en 2012.
Durante algunos años parecía ir bien, pero poco a poco comenzaron a venir los problemas. Problemas relacionados con impagos a jugadores, impagos a Hacienda… que supusieron la movilización de la ciudad, con un equipo ya descendido a la antigua 2B después de más de 30 años.
Incluso se llegaría a colgar un tweet en la cuenta oficial del club asegurando que un partido contra el Granada B podría ser el último de la historia del equipo. Finalmente no fue así, y con la ayuda del máximo patrimonio del club, la afición, y la expropiación forzosa del Ayuntamiento, el decano se salvó. A nivel deportivo seguirían llegando momentos dolorosos como el doble descenso hasta la nueva Tercera Federación. Pero en el Recreativo el lado institucional estaba más calmado.
Todo esto hasta que durante la pasada temporada el Tribunal Superior de Justicia fallaba a su favor. Eso quiere decir que la expropiación del Ayuntamiento de Huelva no fue realizada correctamente y que por tanto el club pertenecía a Comas, persona non grata en la capital onubense. Aun así el consistorio interpondría un recurso para tratar de evitar que el club estuviese en sus manos totalmente.
La llegada de un nuevo empresario
Y en esas estamos ahora. Después de algunos rumores y conversaciones que no llegaron a nada, Comas está tratando de vender el club. Una venta que según periodistas está siendo más complicada de lo normal por las exigencias económicas del empresario, a pesar de la situación deportiva del Recreativo. En esa línea, se hizo público hace algunos días que Ayuntamiento y Comas habían mantenido una reunión a tres con un posible comprador.
Ese posible comprador es Marcelo Figoli. Se trata de un empresario argentino, actual dueño del Burgos FC, que milita en la categoría de plata. Un Burgos que todo hay que decirlo, está cuajando un enorme inicio de temporada, con la esperanza de mantenerse en playoff. Y precisamente por eso, en la capital burgalesa no ha caído bien este rumor. El empresario ha llevado a cabo muchas promesas sobre el proyecto del equipo, como incluso la construcción de un nuevo estadio. Asique se entiende como una ofensa que esté pensando en comprar otro club, como si por ello, pudiera descuidar el que ya es suyo.
De momento no hay ninguna noticia más sobre él, ni si quiera un preacuerdo, solo se ha tratado de un acercamiento entre ambas partes. Aunque es muy prematuro, tanto el consistorio como Comas quieren que el Recreativo se venda para poder estar más tranquilos a nivel institucional. No obstante, la última palabra la tiene el empresario de Gildoy.