Paul Pogba es un jugador francés de 31 años, con mucha proyección desde joven, pero que, por diferentes cuestiones extradeportivas, ha quedado en una eterna promesa.
En 2023, tras un control antidopaje rutinario al término del partido de Serie A frente al Udinese, Paul Pogba dió positivo por la detección de dehidroepiandrosterona, una sustancia análoga de la testosterona y otra clase de sustancias similares.
La sanción fue, inicialmente, fue de dos años. El jugador apeló a las diferentes instancias, lo que hizo a los tribunales reconsiderar su sanción y subirla hacia los cuatro años. En el momento en el que el jugador apela al TAS, la máxima instancia jurídica del deporte y en recientes fechas la institución ha fallado a favor del jugador francés, le condena, pero tan solo a 18 meses, por lo que, a partir de la próxima primavera, podrá volver a jugar.
El resumen fácil de la situación del jugador francés sería este, pero el análisis en profundidad nos lleva hacia una situación un tanto más complicada para él.
La posición del conjunto turinés
El club transalpino que, por lo general, ha mostrado siempre una actitud muy seria frente al dopaje, no parece tener en esta ocasión intención de variar en esa actitud lo que para el deporte siempre está bien. Pero, para el bueno de Paul, no le deja un camino de rosas.
El calendario que se maneja es que, a partir de enero, vuelva progresivamente a los entrenamientos oficiales del club. Debe realizar una especie de pretemporada propia de cara a debutar en el mes de marzo a los mandos de Thiago Motta.
Los planes de Pogba pasan por realizar un gran final de temporada con los suyos, antes de luchar por entrar en los planes de un Deschamps que, según se sabe, cuenta abiertamente con él.
Thiago Motta tiene un papelón como técnico del conjunto turinés, y es que si bien Pogba nunca ha sido fuente de problemas en el vestuario, esta nueva situación en la que volverá el jugador francés hace que el ambiente en el vestuario esté francamente enrarecido en torno a él.
El futuro que le espera
Paul Pogba es un jugador, todavía se le puede considerar joven, puesto que como hemos dicho, tiene únicamente 31 años. Este parón en su carrera le puede hasta haber venido bien. Aunque solo lo que ocurra en los próximos meses nos dirá a ciencia cierta si esto es así.
Aunque todavía no ha sido recuperado dentro de la información oficial de la plantilla como parte de ella, puede que lo hagan en las próximas semanas a medida que se acerque el momento de su esperado re-debut. En el sector de la prensa deportiva italiana, el mutismo, por ahora, es total en torno a la figura del francés.
Un posible traspaso
Según el portal de deportes, Transfermarkt, el último valor arrojado por la figura de Pogba, antes de su sanción, era de 15 millones de euros.
Habrá que ver lo que termina por hacer el bueno de Paul en las semanas de la presente temporada que pueda jugar con los bianconeri para ver si, por un lado, convence a Motta de que debe quedarse en la disciplina turinesa, o bien qué valor de mercado adquiere en caso de que el conjunto transalpino siga sin perdonar el desliz que le llevó a dar positivo en dopaje.