Con goles de Mbappé y Vinicius, el conjunto de Ancelotti logra la victoria en Balaídos antes del clásico.
Celta de Vigo y Real Madrid se enfrentaban en el Estadio Abanca-Balaídos después del parón de selecciones en busca de los tres puntos. Duelo entre dos equipos que han tenido algunos encuentros polémicos en el pasado y que el club local había caldeado en redes sociales.
El RC Celta buscaba seguir en los puestos altos de la clasificación para soñar con esas competiciones europeas. Antes del parón, el equipo de Claudio Giráldez sumó tres puntos tras un duro partido fuera de casa frente a la UD Las Palmas, marcado por las expulsiones de Iago Aspas y Ilaix Moriba.
El Real Madrid llegaba a este partido con varios efectivos recuperados después de que hayan descansado en este parón de selecciones. Antes del los partidos de selecciones, el club blanco venció al Villareal casa 2-0, teniendo lamentablemente el recuerdo angustioso de la lesión de Daniel Carvajal.
Primera parte: Un mejor Real Madrid logra el priemro
Sorprendió Ancelotti de salida con tres centrales, con Tchouaméni junto a Militao y Rüdiger. Lejos de incordiar al rival, le facilitó las cosas. Cuando perdían la bola, a los delanteros vigueses les aparecía un paraíso de espacios abiertos. Aún estará Swedberg pensando cómo pudo Courtois ganarle el mano a mano para evitar el gol céltico. Lamentos en Balaídos porque esas ocasiones no se pueden perdonar. Y cabreo monumental de Ancelotti con los suyos ante los desajustes defensivos. No sería el último.
A pesar de ello, no se puede negar que al Madrid le va esa marcha de partidos a ida y vuelta. Respondió de inmediato con una contra finalizada por Valverde, el que nunca descansa, que sacó Guaita bien colocado.
Pero ya no pudo el meta detener el derechazo de Mbappé desde la frontal. Un misil para reivindicarse después de aprovechar una pérdida de Fran Beltrán. Grosero error que costó muy caro. El primero que marca con el Real Madrid con un disparo desde fuera del área. Lleva 8 goles en 12 partidos oficiales.
El 0-1 pareció enfriar a los pupilos de Giráldez, que ya no llegaban con tanta claridad al arco blanco. Y eso que Borja Iglesias colocó un balón en el fondo de las mallas. Fuera de juego claro que ni protestó. Más cerca estuvo Vinicius en dos oportunidades de marcar el segundo, aunque más por ramalazos individuales que por juego colectivo. Sigue faltando un organizador y Camavinga, que es muchas cosas, no lo es.
No estaba mal posicionado el Celta en el campo, pero su planteamiento valiente podía ser aprovechado por un Real Madrid intenso en el bloque medio en esos balones divididos o en la confianza de los de Balaídos en salida. Un Madrid muy activo en la recuperación en campo contrario, encimando con la movilidad que tienen Valverde, Camavinga y Bellingham.
Vinicius y Mbappé se empezaron a desatar, viendo los desajustes del Celta en defensa y ganando confianza. Vini como líder del ataque para que Mbappé vuele, Bellingham de derecha hacia adentro, Tchouameni iniciando entre centrales, Camavinga y Valverde mezclando y los laterales muy abiertos.
Todavía no se acopla, pero el vuelco táctico que propone Ancelotti es muy razonable. Es un 3-4-3 de Ancelotti, con toda la libertad que le otorga a Vinícius, Mbappé y Bellingham, tan versátil como impredecible. Le falta perfección, pero es buena piedra para esculpir.
Segunda parte: El Real Madrid sufre pero vence
En la reanudación, Bellingham se marcó una jugada maradoniana en la que no acertó, ya ciego de balón, con el disparo, demasiado cruzado. Fue lo único positivo del Madrid en ese inicio de segunda parte. Otra vez mal colocados en la zaga, el Celta, que tiene futbolistas de clase, de ‘toco y me voy y vuelvo y te la escondo’, los desnudaba una y otra vez.
Así llegó el premio para los anfitriones tras una excelente triangulación, la quinta asistencia en Liga de Mingueza y el remate a placer de Swedberg, indetectable para los tres centrales. Un buen ejemplo de cómo obliga a la defensa rival con sus 2 mediapuntas, el delantero y las incorporaciones de los carrileros. Termina generando una superioridad de 5 atacantes contra 4 defensores que pone a prueba las coberturas defensivas.
El intercambio de golpes entre Celta y Real Madrid, lejos de detenerse, continuó con más ahínco. Vinicius marcó, pero Mbappé, su asistente, había recibido en fuera de juego.
Se hartó Ancelotti, enfadado como nunca con sus futbolistas, con el árbitro y hasta con el chicle que mascaba. A la hora de partido, se olvidó de inventos y volvió a la normalidad, al 4-3-3 con Modric ya en el campo. En dos minutos, el croata fue quien leyó el desmarque de Vinícius para dejarle solo ante Guaita y que marcara el 1-2.
Venía de cascarse 180 minutos en una semana con Croacia a sus casi 40 años y, en tres minutos en el campo, se inventa un pase que no han hecho el resto de sus compañeros en una hora. Con 39 años y 40 días, ha superado hoy a Puskas (39 años y 36 días) como el jugador más veterano del Real Madrid en un partido. Modric, por increíble que parezca, es quien sigue marcando los tempos en el Real Madrid.
Lejos de venirse abajo, los olívicos siguieron llegando con facilidad a portería. A Bamba le negó el gol Courtois. A Mingueza se le escapó por poco su zurdazo. Sufría el Madrid como nunca. Y así continuó hasta el final, cuando en el añadido tuvo Douvikas el empate. Pero no acertó y los blancos sumaron un triunfo muy valioso antes de afrontar el Clásico la próxima semana.
Próximos compromisos
Por parte del conjunto local, visitará al Leganés el 27 de octubre.
Para el conjunto visitante, recibirá en casa al Borussia Dormunt el próximo martes 22. En competición doméstica, le espera el FC Barcelona en el clásico, también en casa, el sábado 26 de octubre.