Muchas veces, esa evolución va condicionada de la normativa que rige el deporte rey, la normativa IFAB.
Para ponernos en situación, no debemos olvidar que todos los aspectos, desde las dimensiones de los terrenos de juego hasta el equipamiento que se puede llevar o no, está regulado cada año por las reglas que publica la IFAB (International Federation Association Board), formada por las cuatro federaciones de fútbol del Reino Unido y la FIFA.
Qué dice el reglamento de las espinilleras
Según las reglas de la IFAB, en este aspecto deben de ser las federaciones territoriales las que decidan en cada caso sobre la obligatoriedad o no de su uso. Eso sí, las recomiendan encarecidamente por ser una protección que se ha demostrado más que eficaz.
En el caso de la RFEF, delega la decisión última en las diferentes federaciones territoriales de las diferentes comunidades autónomas. Vamos a tomar como referencia a la RFFM (Real Federación de Fútbol de Madrid). La RFFM, en la regla 4.1 de su reglamento, hace referencia a su obligatoriedad desde la categoría Cadete, siendo muy recomendable en todas las categorías.
Para el reglamento de la RFEF y de la RFFM, deja a elección de los jugadores el tamaño y demás características de dicho material. Haciendo hincapié en que el colegiado del encuentro puede obligar al jugador a enseñárselas y el dictaminar si son adecuadas o no. Así mismo, aboga por usar modelos que no supongan peligro, ni para el portador ni para el resto de jugadores.
La moda actual
En el futbol actual, un deporte de altísima tecnología al servicio tanto de entrenamientos como de materiales, las espinilleras son un material muy importante y hoy en día es fácil encontrar en el mercado muchísimas referencias de este material.
La moda actual de muchos jugadores de fútbol profesional para cumplir con la normativa, sin perder por ello comodidad, les lleva a usar espinilleras de un tamaño francamente testimonial.
Los peligros del uso de espinilleras demasiado pequeñas
A los ya consabidos peligros de que algún colegiado le dé por revisar el material y considerarlo inadecuado para la práctica del fútbol, hemos de sumar otros.
El reducido tamaño hace que las espinilleras no protejan completamente la pierna del jugador, por lo que ante entradas violentas vemos, en las últimas temporadas, que vuelven lesiones por fracturas de huesos de la pierna derivadas de una protección ineficaz de la misma por parte de las espinilleras. Lesiones que, en el caso de los futbolistas profesionales, suelen ser 3-4 meses en el dique seco, pero ellos tienen ingentes equipos de recuperación.
En el caso del futbol base o fútbol amateur, en equipos que, por desgracia, no tienen ese nivel de medios para afrontar las lesiones, estos periodos de recuperación se pueden ir hasta los 8-10 meses sin jugar al fútbol, además de los inconvenientes que estas lesiones tan limitantes provocan en la vida diaria.
Por este motivo, se recomienda encarecidamente prestar mucha atención a las características de las diferentes espinilleras y a la talla para escoger las más adecuadas al tamaño de cada uno sin, con ello, comprometer la comodidad ni la propia protección que debemos tener en nuestro equipamiento para la práctica del fútbol.