Los Eagles venían a romper la Premier League, de la mano de Oliver Glasner, pero lo único que se ha roto es la magia de Selhurst Park.
Se las prometían muy felices Steve Parish, John Textor y el Crystal Palace cuando pidieron 100 millones al Bayern Munich para llevarse a Glasner de vuelta a la Bundesliga. ¿Quién les iba a decir que no solo no iban a ser la revelación, si no que están cerca de ser la decepción de la temporada?
Definitivamente, la temporada para el Crystal Palace no ha comenzado como esperaban, pero ¿cuál es la razón?¿Peligra su permanencia?¿Tan mal lo han hecho en el mercado de verano?
Una flor no hace primavera
Son matemáticas simples, sumar 3 puntos en 7 partidos y que ninguno sea de una victoria es malo, no hace falta ser un analista de primer nivel.
Los Eagles no ha sido nunca un club de alto nivel, no han estado arriba en la escala alimenticia de la Premier League, pero han conseguido un hito, mantenerse siempre en la zona templada de la clasificación. Ni muy caliente para entrar en Europa, ni muy frio como para peligrar en la élite.
Esa tranquilidad es buena hasta que tienes una temporada tonta, y abarcar mas de lo que tu boca puede masticar suele ser el gran motivo por el que un equipo cae en desgracia. Es un recordatorio de las grandes fortunas de la Premier para que no te creas mas de lo que eres.
Este verano en el sur de Londres pensaron que podrían aceptar dos ventas, por un buen dinero, eso si, pero no mas. Con esa idea se plantaron en el mes de julio sabiendo que Olise, Eze, Mateta, Andersen y Guehi iban a ser el caramelito a la puerta del colegio en versión mercato.
Sabían que iban a llegar y no se equivocaron. La Bundesliga le pidió un Uber a Michael Olise, que ya se quedó un año mas de lo que esperaban. Un duplex a la orilla del Támesis se le apareció a Joachim Andersen y se mudó desde su pisito en el sur. A por Marc Guehi llegaron dos guardaespaldas con un maletín rebosante y un proyecto apetecible, pero dieron las 12 y el carruaje dorado se convirtió en calabaza.
Los nombres del verano
Una vez comenzada la pretemporada ya estaban los primeros pasos. Mantener un esqueleto similar y traer calidad diferencial, esas eran las directrices y mas o menos la encontraron. Llegó Chadi Riad, calidad atrás y nivel europe; Daichi Kamada, conocimiento y brillantez; Ismaila Sarr, velocidad diferencial, y Eddie Nketiah, suplente de oro.
La pretemporada dio buenas sensaciones, ni una sola derrota, pero cuando llegó la competición los huecos se empezaron a ver. Jugadores que no conocen la liga, cantos de sirenas saudís y el mercado abierto no ayudó a centrarse.
Casi coincidiendo en tiempo estuvieron la salida de Joachim Andersen hacia el Fulham y la lesión de Chadi Riad. Su sustituto fue un descarte del Chelsea, Trevoh Chalobah: alto, espigado, buena salida de balón y polivalencia. Dos meses para participar.
Cambios en la idea
Del Crystal Palace de la primera parte de 2024 al de la segunda no hay más que 3 meses de diferencia, que no parece mucho, pero en años futbolísticos podrían ser dos vidas. No hay ni rastro del adn competitivo que trajo Glasner, nada que ver con la clarividencia en ataque y con un Dean Henderson que tiene que vestirse de héroe cada fin de semana.
Según sus xG, deberían haber marcado 21 goles, pero acabaron marcando 29. No es una diferencia abismal si se trata de un club con jugadores de primerísimo nivel. Un ejemplo puede ser el Manchester City, la temporada pasada marca 96 goles, 15,5 más según sus xG.
El Crystal Palace marcó más de 2 goles por partido solo en los partidos que dirige Oliver, es récord histórico en Selhurst Park, en la temporada completa, contando los partidos con Roy Hodgson sumaría 1,50 por partido, que sigue siendo la mejor marca del Palace desde que vuelven a la Premier League en 2013.
Esta temporada no está pudiendo marcar ni siquiera las ocasiones que están teniendo según sus xG, 5 goles y 8,1 xG. Una gran razón, problemas ofensivos, pero no es solo esto.
Pérdida de identidad defensiva
Pasando a la defensa, han perdido a un gran baluarte en su defensa del área como era Joachim Andersen, además de la claridad que tenía en la salida de balón, envidiado incluso por equipos de Europa. A jornada 8 aún no ha repetido línea defensiva.
Guehi, Richards y Lacroix. Chadi, Clyne y Richards. Guehi, Lacroix y Chalobah… No hay consistencia. Sumado a eso está que no han repetido el nivel que si dieron la temporada pasada, y ahí el ejemplo máximo es Adam Wharton.
La joven estrella fue la gran revelación a su llegada en invierno desde el Blackburn Rovers. Veni, vidi, vici. Llegó hasta a la Eurocopa, no participó, pero ahí estuvo. Sonó para grandes clubes. La reencarnación de Sergio Busquets, pero pelirrojo.
Adam tan solo jugó 14 partidos, pero sus números fueron de lo mas alto para una temporada de debut. 8º en Pases Clave, 7º en pases al último tercio, 8º en pases al área, 5º en pases progresivos, 6º con mas tackles hechos y 6º con mas tackles ganados. Para jugar medio año no está mal.
Causas y consecuencias
Wharton no es la causa, al igual que no lo es la venta de Andersen ni la de Olise. El nivel de forma de muchos jugadores está por los suelos en comparación a la temporada pasada como Daniel Muñoz o Will Hughes, otros han tenido un aumento en su responsabilidad y no están llenando los pantalones, como Eddie Nketiah, Lacroix o Ismaila Sarr.
Y por último está el cambio de Eze. No es lo mismo tener un acompañante que esté a tu nivel de importancia o que te supere a ser el único objetivo del rival y eso pasa factura.