Cuando era entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández definió su modelo de juego basándose en la teoría de «las cuatro P»: posición, posesión, presión y percepción. Si bien el aporte del de Terrassa no deja de ser esclarecedor, hay tres palabras que bien podrían ampliar dicho postulado: perseverancia, pasión y personalidad. Andoni Iraola y su Bournemouth, desde luego, son los máximos exponentes de este agregado.
La revolución de Iraola en el Vitality Stadium
El exjugador del Athletic de Bilbao llegó al Vitality Stadium en junio de 2023, luego de realizar un gran trabajo en el Rayo Vallecano, con el que rozó la que hubiera sido una histórica clasificación a competiciones europeas. En el condado de Dorset se encontró con un equipo que, luego de lograr la salvación en su primer año de regreso a la Premier League de la mano de Gary O’Neil, buscaba impulsar un estilo de juego más valiente y proactivo.
Sin embargo, como todo en la vida, los inicios no fueron sencillos: no fue hasta octubre que no llegó el primer triunfo y recién en diciembre el descenso dejó de ser una preocupación latente. Bill Foley, dueño de los Cherries, eligió confiar en el proceso. El tiempo le daría la razón al norteamericano: récord de puntuación en la élite del fútbol inglés con 48 unidades, destacadísimos triunfos como el 0-3 en Old Trafford al Manchester United y Andoni Iraola nominado a mejor entrenador de la temporada 2023/24. El técnico español se ganó a pulso su renovación hasta 2026, y está demostrando con creces su valía en la mejor liga del mundo.
El juego vertical y la presión como banderas
«Somos un equipo de volumen, porque probablemente en espacios reducidos hay equipos mejores, pero tenemos un equipo muy joven, con energía, y eso nos lleva a poder aceptar duelos abiertos en los que a veces perdemos, pero podemos salir ganando». Así define Iraola a su Bournemouth, en una entrevista con Relevo. Lo cierto es que el verdadero distintivo de su equipo está en su intensidad, tanto sin la pelota como con ella. Y si no, que se lo pregunten al Arsenal de Arteta y, especialmente, al Manchester City de Guardiola. El combo presión alta + transiciones rápidas, a la orden del día en el estrecho estadio de los Cherries, jueguen contra quien jueguen.
¿El show debe continuar?
Pese al éxtasis generalizado -y totalmente justificado-, Iraola ha declarado recientemente que no entrenará muchos años más. Pase lo que pase en el futuro, vale la pena invertir nuestro tiempo en admirar el fútbol alegre, ofensivo y camaleónico de su equipo, uno que lleva la firma grabada a fuego. El Iraola-ball ha llegado para quedarse en el Vitality Stadium.