La política ha vuelto a ser protagonista en el fútbol. El encuentro entre Rumanía y Kosovo se ha parado en el tiempo añadido, con 0-0 en el marcador, cuando los jugadores y el cuerpo técnico kosovares han abandonado el terreno de juego.
La secuencia de la vergüenza en el Rumanía – Kosovo
El origen ha estado en un enfrentamiento entre Rrahmani y Alibec, que ha desembocado en una pequeña tangana. En ese momento, en la grada han surgido cánticos de “Serbia, Serbia” y se ha ondeado una bandera de dicho país. Ante esta situación, el portero de Rumanía, Nita, ha pedido cabeza a sus aficionados, pero no ha evitado que los kosovares abandonaran el terreno de juego. Al tiempo que se retiraban, algunos jugadores kosovares respondieron a las provocaciones realizando el símbolo del ‘águila’ en alusión a la ‘Gran Albania’, que reclama como propia partes de Grecia, Macedonia del Norte, Montenegro, Kosovo y Serbia.
«Según mi información, los jugadores de Kosovo se niegan a jugar los últimos segundos del partido. En estos momentos se están llevando a cabo duras ‘negociaciones’ en los vestuarios», informaba desde Bucarest el periodista Emanuel Rosu. Mientras tanto, los internacionales rumanos, con Mircea Lucescu al frente, continuaban sobre el campo.
Tras más de 40 minutos de espera, los jugadores rumanos también abandonaron el césped, ante la negativa de los kosovares de reanudar el partido. Poco después, tuvieron que volver. El árbitro, Morten Krogh, dio un ultimátum a los futbolistas de Kosovo para volver. Sin embargo, no lo hicieron, por lo que la UEFA les podrá dar el partido por perdido.
Un problema recurrente
No es la primera vez que ocurre algo de este estilo, ya que esto ya pasó hace un año entre los dos equipos, donde se vieron pancartas de “Kosovo es Serbia” y se escucharon los mismos cánticos de este viernes. En este caso, la UEFA abrió expediente a Rumanía, entre otros motivos, por los gritos contra la independencia del país balcánico.
También hubo problemas en el Serbia-Suiza del Mundial de Rusia, en 2018. Xhaka y Shaqiri, de origen albano-kosovar, hicieron el gesto del águila bicéfala para provocar al público serbio.