El Real Madrid firmó una actuación decepcionante en su visita a Anfield, donde cayó 2-0 frente a un Liverpool arrollador. Más allá del resultado, el encuentro dejó muchas dudas sobre el equipo. Mbappé estuvo irreconocible, Ancelotti no logró gestionar el partido, y Camavinga, uno de los mejores hasta el momento, se lesionó. Estas preocupaciones agravan la crisis de un Madrid que ve su clasificación en Champions cada vez más comprometida.
A Mbappé le puede la presión
El partido contra el Liverpool era una oportunidad de oro para que Kylian Mbappé demostrara su valía en el escenario más grande. Sin embargo, su actuación estuvo muy lejos de las expectativas. De Mbappé se espera mucho más, su desempeño fue decepcionante fallando un penalti que pudo cambiar el rumbo del partido y estando impreciso cada vez que tuvo el balón en los pies.
El delantero francés no logró aprovechar los espacios que dejó el Liverpool y mostró una desconexión alarmante con el resto del equipo. Su inseguridad quedó patente en cada acción clave, reflejando la falta de confianza que lo acompaña esta temporada. Un jugador de su calibre tiene que dar más, pero esta vez fue un espectador más en un partido que requería de su liderazgo. Mbappé no solo falló, sino que dejó al Madrid sin una referencia ofensiva cuando más lo necesitaban.
Ancelotti: sin respuestas en un momento crítico
El entrenador italiano está bajo el foco tras otra derrota que evidencia las carencias del equipo. Ancelotti que ante las bajas sacó un once muy ofensivo, demostró una preocupante falta de reacción durante el partido. El Liverpool dominó desde el inicio, y aunque el Madrid logró contenerlos en la primera mitad, la falta de ajustes tácticos fue decisiva para el desenlace.
La lesión de Camavinga en el minuto 55 era un momento para que Ancelotti demostrara su capacidad como gestor. Sin embargo, sus cambios no aportaron soluciones ni dinamismo al equipo. Además, la falta de contundencia en ataque, donde a Mbappé todavía se le espera, dejó en evidencia un problema de fondo en el Madrid: la incapacidad de competir contra equipos de élite cuando no están en su mejor momento.
Ancelotti necesita encontrar respuestas rápido. La falta de confianza del equipo y las críticas internas hacia su gestión muestran que no es solo una cuestión de resultados, sino también de liderazgo y motivación.
Camavinga: el mejor… hasta que se lesionó
Si hubo algo positivo en el Real Madrid fue Eduardo Camavinga. El joven francés demostró su calidad y liderazgo en un primer tiempo donde fue el mejor del equipo. Con un 93% de acierto en el pase, ocho duelos ganados y varias recuperaciones clave, Camavinga fue el sostén de un Madrid que parecía desmoronarse ante el ímpetu del Liverpool.
Sin embargo, su brillante actuación se vio truncada por una lesión en los isquiotibiales que lo obligó a abandonar el campo en el minuto 55. A partir de ese momento, el equipo perdió equilibrio y solidez defensiva, dejando aún más expuestas sus carencias. La lesión de Camavinga no solo afectó al partido, sino que agrava los problemas del Madrid de cara a los próximos encuentros, donde su presencia será más necesaria que nunca.
El jóven centrocampista francés como informa José Luis Sánchez se perderá las próximas 2-3 semanas de competición por su lesión en los isquiotibiales.
Recuperar la esencia competitiva
La derrota en Anfield no fue solo un tropiezo más, sino un reflejo de los problemas estructurales del Real Madrid. Mbappé sigue sin estar a la altura, Ancelotti carece de respuestas tácticas y las lesiones continúan mermando al equipo en momentos decisivos. Se confía en Mbappé, pero también en que el Madrid recupere su esencia competitiva en Europa. El camino hacia la clasificación es complicado, y los blancos necesitan una reacción inmediata para mantener vivo su sueño en la Champions.