Enzo está viviendo un buen momento tanto en Argentina como en el Chelsea luego de unos primeros meses de temporada complicados.
Todos conocemos la frase que reza, como un principio inalterable, que «el fútbol siempre da revancha». A Enzo Jeremías Fernández, desde luego, se la está dando: luego de una Copa América con muchos altibajos tras su intervención por una hernia inguinal en mayo y de un inicio de temporada como suplente en el Chelsea, La Perla está volviendo a brillar en todo su esplendor. Juegue en el sitio en el que juegue, está siendo determinante.
Enzo en la base de la jugada
La irrupción de Enzo en el panorama internacional se produjo en el Mundial de Qatar, luego de su ingreso decisivo por el ex-bético Guido Rodríguez en el recordado partido contra México. Terminaría la Copa del Mundo siendo elegido como el mejor futbolista joven de la competición, distinción que justificaría su fichaje millonario por el Chelsea un mes después. ¿En qué función jugó y destiló toda su calidad en aquellos meses de noviembre y diciembre de 2022? Como mediocentro no posicional, con el terreno de juego de cara y la libertad para romper líneas. Con él, las cadenas del fútbol de la selección argentina se rompieron por completo.
No es casualidad que sus mejores actuaciones con La Albiceleste se hayan producido en esa función. Al estar constantemente en contacto con la pelota, Fernández es capaz de sacar a relucir su enorme repertorio de pases y cambios de frente para asociarse con la orquesta de peloteros que lo rodea. Además, al no estar situado tan alto, puede explotar una de sus mayores virtudes como es la capacidad de llegada por sorpresa al área rival, una que en sus días en River Plate era muy elogiada. El mapa del verde, presente en su cabeza.
Enzo como interior entre líneas
Si bien no destaca por su capacidad para recibir y jugar de espaldas, sus toques de balón se ven reducidos con un posicionamiento más elevado, Enzo también está jugando muy buenos partidos moviéndose en la zona del mediapunta. Como ejemplos, sus exhibiciones frente a Leicester y Aston Villa en las últimas dos jornadas de la Premier League. Enzo Maresca, entrenador del Chelsea, declaró recientemente que Roméo Lavia, mediocentro belga, estaba por delante de La Perla en su consideración por una «cuestión de físico». La calidad se acabó imponiendo, y la pizarra del estratega italiano le acabó encontrando un sitio por delante del indiscutible Moisés Caicedo y del canterano del Manchester City.
Es así como, en un rol menos rígido y más fluido, estamos viendo a un Enzo Fernández que parte cerca de Cole Palmer pero que es capaz de descender o de abrirse a la izquierda para, con un perfil diagonal, buscar esos pases verticales que tanto lo caracterizan. Sin embargo, también es capaz de sumar cifras: ya son dos encuentros consecutivos en los que su nombre aparece en el marcador, demostrando que su pegada sigue intacta. Su sonrisa, tan comparada con la del legendario cantautor argentino Carlos Gardel, se está convirtiendo en el faro de la esperanza blue en la Premier. «Gardelito», con su fútbol, está haciendo disfrutar a propios y a extraños de nuevo en Stamford Bridge.