Pol Arnau quizá se convierta en el nombre propio de esta edición de la Copa del Rey. El joven lateral, de 19 años, se puso los guantes de portero para llevar a la gloria a la UD Logroñés en una noche mágica en Las Gaunas.
Un lateral derecho con muy buena mano
Se podría pensar que la historia de Pol se reduce a ser el héroe de una noche mágica para los riojanos. Y sí, sin duda que fue el héroe, pero la historia fue aún más rocambolesca.
Pol Arnau es un joven jugador de la UD Logroñés promesas que, seguramente, jamás pensaría en haber vivido un día como el de ayer. El lateral de 19 años fue titular con el primer equipo para disputar el encuentro de 2ª ronda de Copa del Rey, que enfrentaba a la UD Logroñés con el Girona.
Pocos darían opciones al Logroñés, pero el equipo local consiguió mantener el 0-0 durante los 90 minutos de juego y, de esta forma, se llegaba a una prórroga en la que tendría lugar un hecho que pasará a la historia de la competición.
La increíble historia de Pol Arnau
En el minuto 106 de la prórroga, el portero Kike Royo tuvo que ser sustituido por un choque con el delantero Cristhian Stuani. El equipo riojano no tenía más cambios y, fue en ese momento, en el que Pol insistió a su entrenador que le dejará ponerse los guantes.
Y así, tras mantener el empate hasta el final, llegó la hora de la mal llamada «lotería de los penaltis». A priori, el Girona partía con ventaja gracias a su superior categoría y experiencia en este tipo de escenarios. Sin embargo, en el segundo lanzamiento, Pol Arnau ssaltó sin dudar hacia su palo izquierdo y detuvo el penalti a Abel Ruiz.
Tras estos segundos de éxtasis, se mantuvo la igualdad hasta el quinto y decisivo, momento en el que Stuani lanzó al larguero y el balón botó cerca de la línea, saliendo despedido hacia fuera de la portería. Polémica a parte (el disparo de Stuani tuvo que ser gol), el Logroñés no falló su último lanzamiento y la locura se desató en Las Gaunas.
Pol Arnau, impulsado por su padre Francesc
Lo cierto es que la increíble historia de Pol Arnau, aún lo es más, cuando uno se da cuenta de que su padre es Francesc Arnau, exportero de F.C. Barcelona y Málaga, tristemente fallecido hace unos años.
“Lo tengo presente siempre, cada partido que juego, cada día. Tenía claro que él me estaba ayudando. Esto es gracias a él. Tengo un ángel en el cielo” Declaraba Pol a la Cadena Ser, poco después de finalizar el encuentro.
Una historia preciosa, de un joven jugador, que quiso ser portero, pero el azar y los dioses del deporte decidieron que, con tan solo 19 años, se convirtiera en el héroe de la UD Logroñés, grabando su nombre en la historia del Club y de la Copa del Rey.