El Estadio Adolfo Suárez ha sido el escenario del duelo correspondiente a la jornada 17 entre el Real Ávila y el Pontevedra CF. Un choque que enfrentaba a equipos con dinámicas distintas, pero con un denominador común: ambos están situados en la zona noble de la tabla.
El conjunto granate (hoy vistiendo de dorado) acudía a la cita sumando 10 jornadas sin conocer la derrota (8 victorias y 2 empates). A esta racha hay que añadirle las dos convincentes victorias en Copa del Rey (Levante y Villarreal), con el impulso a nivel psicológico que ello conlleva.
Por otra parte, el Real Ávila se presentaba en el Adolfo Suárez tras 3 jornadas sin sumar los 3 puntos y con el objetivo de acabar el 2024 poniendo fin a esta racha negativa de resultados.
Primera parte: Más goles que fútbol
El conjunto lerezano arrancó el partido fiel a su filosofía de proponer a través de la circulación del balón. Esta tarea, al menos al comienzo del mismo, se convirtió en una verdaderamente ardua. El Pontevedra se encontró con un Real Ávila que no tuvo reparos en salir a buscarles mediante un bloque defensivo medio-alto. Esto dio como resultado unos diez primeros minutos de choque de tanteo en los que, si hubiera que nombrar al equipo que más peligro estaba creando, ese sería el Real Ávila.
El marcador sufrió su primera modificación en el minuto 12. Mario Rivas, máximo goleador de los abulenses, cazó un rechace tras una buena intervención de Edu Sousa y anotó su sexta diana en lo que va de competición. Era la primera ocasión que cualquiera de los equipos había tenido en el partido y fue suficiente para adelantar a los locales frente al líder de la categoría.
En un partido que estaba siendo tan cerrado y frente a un rival con tan buenos números a nivel defensivo, la mejor noticia para el equipo del Hai que Roelo fue conseguir empatar prácticamente después de encajar. Fue en otra jugada aislada, donde César Llopis, central encarnado, no acertó a despejar un desplazamiento diagonal de Igor, su homólogo en el equipo contrario, dirigido hacia Chiqui. El extremo visitante definió con clase picando el balón por encima de Álvaro de Pablo. Minuto 18 y los asistentes del Adolfo Suárez ya habían presenciado dos goles.
Los mejores momentos del Pontevedra llegaron pasada la media hora de partido. Los de Yago Iglesias consiguieron sacudirse la presión y empezaron a generar llegadas con un mínimo de peligro. Charly, que entró en el once en detrimento de Rufo, fue el protagonista de ambas, pero incapaz de capitalizarlas. La primera llegó en un balón muerto en el área tras la salida de un córner; la segunda, con un flojo disparo. Ambas fueron blocadas por un seguro Álvaro de Pablo.
Segunda parte: Tónica similar y un chispazo dorado
La interrupción protagonizada por el descanso no hizo que el panorama cambiara en exceso. El encuentro siguió por los cauces de la primera parte: las defensas continuaron imponiéndose a los ataques, impotentes a la hora de crear ocasiones de peligro.
El reloj marcaba el cuarto de hora del segundo acto cuando Yago Iglesias movió ficha por primera vez: Rufo entró al terreno de juego sustituyendo a Charly. Esta modificación, que no resultará para nada extraña a la afición granate, marcaría a la postre el desenlace del partido. Pese a ser un cambio hombre por hombre, Rufo y Charly son como la noche y el día en cuanto a las prestaciones que ofrecen a su equipo.
5 minutos después de la sustitución mencionada llegó la acción que terminó de decantar la balanza en favor del flamante campeón invernal. Chiqui, hoy actuando en banda derecha, encaró a su marcador, recortó hacia dentro y encontró a Rufo. El delantero madrileño le devolvió la pared dejando a su compañero mano a mano con Álvaro de Pablo. Ahí, con sangre fría, el extremo emeritense dribló al guardameta y convirtió su doblete particular, alcanzando los 5 goles en la presente campaña (4 en Liga y 1 en Copa).
A partir del 1-2, la tensión provocó que el partido ganara en tosquedad. A Gargantilla Fernández, colegiado del encuentro, comenzó a acumulársele el trabajo. Las infracciones se sucedieron y la culminación de los nervios tuvo lugar en el minuto 87, cuando Cassio, defensor local, vio la tarjeta roja por una agresión cometida sobre Edu Sousa, portero visitante. En los últimos minutos, el Real Ávila buscó con más corazón que cabeza un empate que, finalmente no llegó.
Próximos compromisos
Con los 3 puntos obtenidos frente el Real Ávila, el Pontevedra CF se proclama campeón invernal del Grupo I de la Segunda RFEF. Este logro permitirá al equipo apartar durante un par de semanas la competición liguera y centrarse en la ilusionante aventura copera que está protagonizando. El próximo viernes 3 de enero recibirán en Pasarón a todo un Mallorca y buscarán continuar haciendo historia obteniendo la clasificación a octavos de final.
El Real Ávila, por su parte, acaba la primera vuelta metido de lleno en la pelea por clasificarse para el playoff de ascenso. Iniciarán la segunda vuelta del campeonato en el Adolfo Suárez, recibiendo al Deportivo Fabril.