Old Trafford subía el telón para que Manchester United y Bournemouth disputaran un partido con mucha trama. Después de derrumbar el Etihad con una remontada y competir, pero sin premio en Carabao Cup contra los Spurs, los de Amorim despertaban ilusión en Manchester. Por parte de los de Iraola, venían de empatar a uno contra el West Ham de Lopetegui.
Primera mitad: Huijsen, un joven tranquilo
El choque empezó con dos equipos calmados y analizándose de arriba a bajo. El Bournemouth se sentía bien con la forma que estaba cogiendo el partido ya que el United no conseguía implantar su juego sobre el césped. Las pocas ideas y la presión de los Cherries en salida le complicaron las cosas a los de Amorim.
El partido seguía sin decantarse a ninguna camarada. Poco a poco los locales iban invadiendo territorio visitante pero la falta de acierto cerca del área les obligaba a retroceder rápido para que los del sur no pudiesen correr y no les pillasen desordenados.
En el balón parado todo se iguala y si no que se lo digan al United. Una falta lanzada al primer palo por Christie encontró el pelo rubio del español Huijsen, que con un giro de noventa grados cruzaba el balón dejando a Onana hecho una estatua y poniendo así el primero en el electrónico. Su personalidad no se escondía ante un coloso inglés.
La sensación para los aficionados del Manchester United ya era familiar. Los murmullos y el silencio se hacían notar ya que aun teniendo el esférico la mayor parte del tiempo, se les hacía imposible marcar el gol del empate. Ni Bruno Fernandes pudo batir a Kepa después de una recuperación de Mainoo. La desesperación era notoria.
Sin que el United pudiera tirar la puerta del conjunto visitante abajo, el colegiado indicó el camino a los vestuarios.
Segunda mitad: Debacle en Manchester
La contienda se reanudó con cambios en ambas filas. Yoro sustituyó al carrilero Malacia y Iraola cambió a Smith, que estaba amonestado, por el veterano Cook.
La artillería pesada llegaba al césped del Teatro de los Sueños. A falta de ideas arriba, Amorim sacó al punta danés Hojlund y al desparecido en los primeros días del luso al poder de los red devils, Garnacho. El ex del Sporting ponía mucha salsa en ataque para intentar darle la vuelta al encuentro.
Cuando todo parecía que estaba más cerca el empate que otro gol del Bournemouth, el deporte rey volvió a sorprender a todo el mundo. Un desborde por banda izquierda de Kluivert le permitió entrar en el área para buscar algún socio, pero antes de que pudiera dar un pase de la muerte Mazraoui lo derribó con un tackle mal calculado. El hijo de una leyenda del fútbol volvió a marcar desde la pena máxima.
La desesperación y la ansiedad perjudicaron al Manchester United. Una recuperación de Semenyo pilló mal a los locales y eso lo aprovechó el conjunto de Iraola. Una combinación entre Evanilson y Ouattara, dejó al de Burkina Faso en una posición ideal para asistir a su compañero Semenyo, que se encontraba solo en el punto de penalti, y así lo hizo. La camarada del sur de Inglaterra se ponía 3-0 en Old Trafford.
Sin ya nada que perder, el United lo intentó de todas las maneras, pero sin evitar que los seguidores abandonasen su feudo antes del pitido final. Bruno, Diallo y Garnacho eran los futbolistas que más querían maquillar, al menos, el resultado.
Con más asientos plegados que desplegados, sin que el equipo de Ruben Amorim pudiese marcar el gol del honor y con la fiesta montada en una de las esquinas del estadio, Craig Pawson silbó el final del partido.
Próximos encuentros de Manchester United y Bournemouth
Los de Amorim jugarán contra los Wolves en el Molineux Stadium en una fecha marcada en el calendario navideño, el Boxing Day.
Por parte de los de Iraola tendrán que jugar en casa contra el equipo del sur de Londres, el Crystal Palace.