El delantero azulgrana, con muy pocos minutos disputados esta temporada, podría buscar en Turquía una segunda oportunidad para demostrar que aún queda mucho Ansu por ver y disfrutar.
La temporada de Ansu Fati
En lo que llevamos de temporada, Hansi Flick solo le ha dado la oportunidad de jugar en 8 partidos, un total de 186 minutos. Estas cifras son muy bajas en comparación con lo que se esperaba a principios de campaña. Con la llegada en verano del técnico alemán, todos los culers se ilusionaron con una posible gran vuelta del delantero de la Masía. La gira por Estados Unidos parecía una oportunidad de oro para brillar y demostrar su valía. Sin embargo, una lesión en la planta del pie derecho durante un entrenamiento previo a los amistosos en América lo dejó fuera durante dos meses. Fue un auténtico jarro de agua fría para el diez del Barça.
Una vez recuperado de esta lesión, Ansu tuvo el mes de octubre para volver a coger sensaciones y demostrar que tenía un puesto en la plantilla blaugrana. No obstante, Flick no le dio ese voto de confianza, ya que su rendimiento en el campo no convencía. Ansu no arriesgaba, no jugaba al mismo ritmo que el resto de sus compañeros y no estaba a la altura del Barça arrollador y en estado de gracia de octubre y principios de noviembre. Para colmo, el delantero internacional con la selección volvió a recaer en una lesión el 13 de noviembre, esta vez en los isquiotibiales, su verdadero talón de Aquiles.
Tras las vacaciones de Navidad, Ansu volvió a la dinámica del primer equipo ya recuperado, pero esta vez Hansi Flick fue muy determinante con él. El alemán lo dejó fuera de la convocatoria en cuatro partidos de enero, incluida la Supercopa de España. Estos hechos evidenciaron la postura del entrenador respecto a un posible futuro del jugador lejos de Barcelona.
El canterano, sin embargo, no quiere tirar la toalla. Desea agotar todas sus opciones de demostrar que puede ser un jugador útil para el club blaugrana. Después de varias conversaciones con la dirección deportiva y el cuerpo técnico, Ansu ha pedido quedarse, al menos, hasta verano para intentar revertir la situación. A pesar de ello, Flick considera que el jugador debe entrenar con más confianza y demostrar su valía. Le ha comunicado que la mejor opción sería buscar una salida en este mercado de invierno.
El interés de Mourinho
Hoy por hoy, varios clubes han mostrado interés en la situación de Ansu, entre ellos el Fenerbahçe turco, dirigido por el eterno rival culer José Mourinho. Ansu y Mourinho comparten agente, el reconocido Jorge Mendes, lo que podría facilitar esta operación. El exentrenador del Real Madrid estaría dispuesto a convencer al joven delantero para firmar con el equipo turco. Sería una oportunidad para recuperar sensaciones y demostrarle a Hansi Flick que merece un puesto en la plantilla culer.
El Fenerbahçe, segundo clasificado en su liga doméstica y equipo de Europa League, también necesita refuerzos. De todas formas, Ansu sigue pensando en el club de su vida y tendría que meditar mucho antes de poner rumbo a Estambul.
Ansu, el sueño inacabado
Desde aquella fatídica lesión en el menisco el 7 de noviembre de 2021 ante el Betis, el ídolo de la cantera blaugrana no ha vuelto a ser el mismo. El Barça solo pudo disfrutar de una única temporada de magia y goles de Ansu. El jugador impresionaba a todos con su verticalidad, determinación, potencia, remate y gol, siendo un espectáculo verlo jugar. En su momento, Ansu representó la esperanza que necesitaba un club roto tras la marcha del mejor jugador de la historia. Incluso se le otorgó el dorsal más simbólico, el 10. Quizá esa responsabilidad también influyó en su proceso de recuperación y en sus constantes recaídas.
Las repetidas lesiones, la presión por ser el nuevo crack del equipo y la pérdida de confianza en sí mismo marcaron el destino de esta joya de la Masía que se quedó a medio camino.
Por suerte, han surgido otros talentos (como Lamine, Cubarsí, Casadó…) que han hecho más llevadera su ausencia. Pero para muchos, Ansu siempre quedará en los corazones como aquella estrella fugaz que ilusionó y deslumbró, pero que dejó de brillar demasiado pronto. Ansu fue una perla que nunca llegó a relucir del todo, el tesoro de la Masía que se perdió por el camino, el diamante que se rompió en pedazos.
Hoy, la sonrisa de Ansu parece haberse apagado, pero el mundo del fútbol siempre lo recordará como aquella promesa que Messi bautizó como su sucesor con ese abrazo tan sentido el 26 de agosto de 2019.