Tottenham Hotspur

El Tottenham de Ange Postecoglou está decimoquinto en Premier League, a seis puntos de la zona roja y a diecisiete puntos de la Champions League. Parte de la culpa lo tienen las lesiones, pero otra parte cae en manos del técnico y de la directiva, no muy querida en el norte de Londres. Unos Spurs que cuando tienen el día bueno dan miedo, pero cuando no lo tienen, la mayoría de veces, son un conjunto que se tiran piedras sobre su propio tejado.

Lesiones en la columna vertebral

Los de la capital se caracterizan por tirar la línea muy alta en la presión, gracias a ello son el tercer equipo que más alto recuperan, pero después no salen beneficiados como si lo hace el Bournemouth de Iraola, que va volando en la Premier League. Solanke es uno de los puntas que con sus presiones recupera más balones.

Dejar tanto terreno atrás tiene muchas cosas positivas pero si no tienes a centrales rápidos, lo puedes pasar muy mal. Esto es lo que le pasa a los Spurs: Van de Ven, el futbolista más rápido de la liga está lesionado y el Cuti Romero, uno de los mejores defensores, también está de baja. A esto hay que sumarle la baja de Vicario, justo después de realizar un partidazo ante el Manchester City.

Ahora su pareja defensiva está formada por Dragusin, que está demostrando que aún no es el central que los Spurs se imaginaron y Gray, un centrocampista reconvertido a defensa por necesidad. A pesar de esto, el joven inglés está dando la talla y se está haciendo un nombre en el Tottenham Hotspur Stadium.

Una racha muy negativa

A pesar de haber goleado a Manchester City, Aston Villa o machacar al Manchester United en Old Trafford los de Ange Postecoglou han sido incapaces de ganar a los de abajo, mostrado un nivel pésimo: derrota contra el Ipswich Town, sin conseguir puntos ante el Crystal Palace, cayendo contra el Everton y remontados por un Leicester City liderado por un tipo con treinta y siete primaveras, Jaime Vardy.

Llevan sin ganar un partido en liga desde el año pasado, cuando ganaron cómodamente al colista de la liga inglesa y a unos de los peores equipos de la Premier League en la historia, el Southampton. Ese choque fue el 15 de diciembre. Desde entonces solo un punto ante los Wolves. Si se clasificasen a los equipos ingleses desde los últimos diez encuentros, el conjunto de Ange iría penúltimo.

Estos malos resultados se deben a muchas circunstancias, pero una de ellas es el mal rendimiento de su gran estrella: Heung-Min Son. El coreano lleva seis goles y seis asistencias, unas buenas estadísticas para un futbolista de un rango menor al del asiático. El jugador franquicia de los Spurs debería dar un paso adelante si quiere rescatar a este Tottenham Hotspur. Son ya no es tan determinante como antes, y ahora el equipo se lo echa Kulusevski a las espaldas.

Una esperanza para el Tottenham

Si Ange quiere salvar su puesto, aunque de momento parece que no se va a ir, tendría que ganar la Carabao Cup para dar acceso a su equipo a competición europea. Están en semifinales y con el resultado a favor. El australiano también se puede agarrar a la competición europea de plata, la Europa League, donde junto a Athletic, Lazio, United son los claros favoritos.

Conseguir el pase a Champions League calmaría las aguas en un mar muy revuelto como son las gradas del Hotspur Stadium. Durante el partido ante el Leicester se cantó en contra de la directiva pidiendo así su dimisión, al mismo tiempo que la del actual entrenador.

Nueva era en el Tottenham

Cuando más fea estaba la cosa, muchos jugadores han salido y han dado la cara. Cuando más oscuro estaba todo, ellos han sido la bombilla que marcase un camino lleno de trampas: Los nombres como Bergvall, Gray, Pedro Porro o Kulusevski están siendo lo más destacado de este Tottenham.

Kulusevski y Bergvall ponen la magia, la creatividad y la entrega. El español pone caramelos en el área, su pie derecho está tocado por un mago y muchos de los goles de los Spurs no existirían si el ex del Lisboa no estuviese en Londres. Y, por último, el inglés, que «a lo bajini» él va haciendo su trabajo y poco a poco va enamorando a una afición desilusionada con la situación.

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