Reportaje sobre Hidetoshi Nakata

En Japón, son pocos los futbolistas que han logrado brillar en Europa y dejar una huella imborrable en su país, pero uno se destacó por encima de todos: Hidetoshi Nakata.

Mediapunta brillante, con una visión de juego excepcional, una técnica prodigiosa, gran capacidad goleadora y velocidad, Nakata conquistó los corazones de los aficionados al fútbol. Gracias a su estilo de juego único y su carisma, se convirtió en una figura mediática tanto en Japón como en el resto del mundo, comparable en impacto a personajes ficticios como Oliver Atom. Ese carisma desbordante le valió el apodo de «el Beckham japonés«.

No obstante, las lesiones y una pérdida gradual de interés por el fútbol hicieron que su vida tomara un giro inesperado. Ayer cumplió 47 años y, en este reportaje, repasamos sus logros y los momentos más memorables de su carrera como jugador.

De promesa a crack del fútbol japonés

Hidetoshi Nakata nació en Kofu (Japón) el 22 de enero de 1977. Su interés y pasión por el fútbol surgieron gracias a la serie Capitán Tsubasa, protagonizada por Oliver Atom y Benji Price, a la que él mismo consideró su mayor inspiración.

Comenzó a aprender fútbol en la escuela y, en 1994, participó en el Campeonato Nacional de Institutos representando a la escuela estatal de Nirasaki. En dicho torneo brilló jugando como delantero, donde fue el máximo goleador, un logro que le abrió las puertas para representar a Japón en el Campeonato Juvenil de la AFC, celebrado en Indonesia.

En ese torneo, Nakata tuvo un desempeño destacado, llevando a su equipo hasta la final, aunque terminaron cayendo ante Siria. Sus actuaciones le valieron para recibir ofertas de grandes equipos de la liga japonesa, y en 1995, con solo 18 años, decidió firmar su primer contrato profesional con el Bellmare Hiratsuka.

En el Bellmare, Nakata no decepcionó. Decidió retrasar su posición al centro del campo para convertirse en el director de orquesta del equipo y el generador de su juego ofensivo. En 1996, fue una pieza clave en la conquista de la Recopa de la AFC, consolidando su estatus como una de los cracks emergentes del fútbol asiático.

Las buenas noticias continuaron para Nakata. Se convirtió en un habitual de las convocatorias de la selección japonesa, fue nombrado Mejor Jugador de Japón y Asia en 1997, ganó la Copa Dinastía con el combinado nacional y participó en el Mundial de Francia 98. Aunque Japón no superó la fase de grupos, Nakata dejó actuaciones notables que llamaron la atención de todo el mundo futbolístico.

El increíble salto de Hidetoshi Nakata a Europa

Tras su destacado papel en el Mundial de Francia, varios clubes europeos mostraron interés en fichar a Hidetoshi Nakata. Pero fue el Perugia Calcio el que apostó más fuerte por su incorporación. El recién ascendido a la Serie A pagó 4 millones de dólares al Bellmare, convirtiendo a Nakata en el segundo jugador japonés en llegar a Italia, tras el veterano delantero Kazuyoshi Miura.

La aventura de Nakata en el Perugia comenzó de manera espectacular. En la primera jornada de la Serie A, marcó un doblete nada menos que contra la Juventus, aunque el partido terminó con victoria para los bianconeros por 3-4. En su temporada debut en Italia, Nakata jugó 33 partidos, anotó 10 goles y se consolidó como la estrella indiscutible del equipo.

Su impacto no se limitó al campo. En Japón, Nakata se convirtió en una figura mediática, vendiendo miles de camisetas con su nombre y ganándose un lugar como ícono de la moda. Este carisma y popularidad le valieron el apodo de «David Beckham de Oriente».

La temporada siguiente fue aún mejor. Nakata brilló durante la primera vuelta del campeonato, destacándose con 2 goles y 15 asistencias. Su rendimiento excepcional despertó el interés de varios grandes clubes europeos, ansiosos por contar con sus servicios.

Consagración en la AS Roma y fichaje por el Parma

En el mercado invernal del año 2000, la AS Roma de Fabio Capello fichó a Hidetoshi Nakata por 15 millones de euros. El mediapunta japonés llegó a un equipo plagado de estrellas como Francesco Totti, Vincenzo Montella, Vincent Candela y Cafú.

En su primera temporada, Nakata fue titular y anotó 3 goles en 15 partidos. Sin embargo, a partir de la temporada siguiente su rol cambió, pasando a ser suplente en varias ocasiones. A pesar de ello, tuvo un papel destacado, contribuyendo con 5 goles y 6 asistencias que ayudaron al equipo a conquistar su primer gran título: la Serie A 2000-2001.

Tras ese éxito, Nakata decidió buscar un mayor protagonismo, por lo que en el verano de 2001 fichó por el Parma a cambio de 27 millones de euros, una cifra que sigue siendo, hasta hoy, el traspaso más caro jamás pagado por un futbolista asiático. En su primera temporada con el conjunto de Emilia-Romagna, logró la Copa de Italia, venciendo a la Juventus en la final a doble partido, en la que el japonés anotó uno de los goles decisivos.

En 2002, Nakata participó en el Mundial de Corea-Japón, donde ambas naciones actuaron como anfitrionas. Fue una de las imágenes del torneo y pieza clave en el buen desempeño de Japón durante la fase de grupos, en la que empataron un partido y ganaron dos, incluyendo una victoria frente a Túnez en la que Nakata anotó. Sin embargo, en los octavos de final, Japón cayó eliminado ante Turquía, lo que fue una gran decepción tanto para él como para su país.

Tras el Mundial, Nakata mantuvo un buen nivel en el Parma durante dos temporadas más. Sin embargo, su rendimiento empezó a decaer, convirtiéndose en suplente habitual. Esto llevó al Parma a cederlo al Bolonia, buscando que recuperara protagonismo en un entorno menos exigente.

El bajón de nivel, las lesiones e interés por el modelaje provocaron su adiós prematuro del fútbol

Tras su paso por el Bolonia, Hidetoshi Nakata fue traspasado a la Fiorentina. Parecía que en el conjunto viola recuperaría el protagonismo perdido, pero ocurrió lo contrario. Su interés por la moda, los contratos publicitarios y su escasa participación en el campo provocaron una notable caída en su rendimiento.

En la temporada 2005/2006, sorprendió al marcharse cedido al Bolton Wanderers de la Premier League. El objetivo era recuperar su nivel y llegar en forma al Mundial de Alemania 2006. En Inglaterra las cosas tampoco salieron como esperaba. Apenas jugó 21 partidos, marcó un solo gol y nunca logró adaptarse a la vida inglesa. Las lesiones también comenzaron a pasarle factura, complicando aún más su situación.

Pese a todo, lideró a Japón como capitán en el Mundial de 2006, pero el equipo quedó eliminado en la fase de grupos. Fue un duro golpe tanto para Nakata como para su país. Poco después, anunció su retiro del fútbol a los 29 años. La presión mediática, el desgaste mental, las lesiones y su creciente pérdida de interés por el deporte aceleraron esta decisión inesperada.

Tras su retirada, Nakata se volcó en el mundo de la moda y en su faceta como imagen publicitaria. Viajó por el mundo, especialmente por Asia, buscando reconectar consigo mismo. También fundó Japan Craft Sake Company, una empresa dedicada a producir sake artesanal, uno de los licores más emblemáticos de Japón. Además, creó una fundación con la que organiza partidos benéficos para recaudar fondos destinados a diversas causas solidarias.

Así se cerró la historia de Hidetoshi Nakata, un futbolista que marcó una era en Japón, tanto por su talento como por su carisma mediático. Una estrella que brilló intensamente, aunque por menos tiempo del que todos esperaban.

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