Deportivo Fabril 3-0 Pontevedra

Deportivo Fabril y Pontevedra se batieron en duelo esta mañana en el majestuoso Estadio Abanca Riazor al que se desplazaron unos quinientos aficionados granates. El encuentro, correspondiente a la vigésimo primera jornada del grupo I de la 2ª RFEF, supuso un nuevo derbi al que, aunque por motivos diferentes, ambos conjuntos llegaban necesitados de sumar de tres.

Tanto locales como visitantes venían de ver como sus partidos de la jornada anterior eran aplazados por el temporal que azotó Galicia la semana pasada. Antes de eso, el Pontevedra venía de vencer al Compostela (4-1) y el Deportivo Fabril de empatar en casa ante el Valladolid Promesas (0-0).

Primera parte: Una pesadilla llamada Kevin

Si hay que destacar un nombre en la primera parte ese es, sin duda, el de Kevin Sánchez. El delantero deportivista no tardó en dar muestras de su calidad y del por qué es considerado el hombre más peligroso del filial blanquiazul: en el minuto cuatro de partido peleó un balón a campo abierto junto a Mario Gómez (muy lento en esta acción), se lo birló y superó a un adelantado Edu Sousa con una vaselina celestial. No había pasado prácticamente nada y de esa misma nada el delantero burgalés se las apañó para poner en ventaja a los de Manuel Pablo.

El guion del partido en estos primeros 45 minutos fue siempre a tenor de lo que el Deportivo Fabril pretendía. Alineando a Fabi, Mardones y Kevin arriba, el técnico canario lo tenía claro: había que robar el esférico cuanto antes y, una vez hecho, aprovechar los espacios que los de Yago Iglesias dejaban a las espaldas (que eran muchos) con la velocidad de la que los tres futbolistas mencionados hacen gala. De esta forma llegaron dos ocasiones de gol más para el equipo local, tanto en el minuto 21 (Kevin, nuevamente) como en el minuto 26 (Alfaro, tras un contragolpe dirigido por Kevin). Aprovechándose de un errático Pontevedra (en una suma a partes iguales entre el mérito de los locales y el demérito de los visitantes), el plan de partido de Manuel Pablo salió a la perfección.

Un Pontevedra muy incómodo

El Pontevedra no empezó del todo mal, pero fue perdiendo peligrosidad y fuelle con el paso de los minutos. Sin contar el gol, que ocurrió en una jugada aislada, el comienzo del partido no fue del todo negativo. Y es que fue en estos minutos cuando los de Yago Iglesias crearon más peligro por dentro, culminado con una gran ocasión de Samu Mayo a balón parado que obligó a Alberto Sánchez a realizar una gran intervención.

A partir de ahí, las imprecisiones y las dudas se apoderaron de los jugadores granates, hasta el punto de ser un equipo prácticamente irreconocible (gracias, muy en gran parte, a la presión de los deportivistas). Al no ser capaces de encontrar espacios por dentro, los granates optaron por agrupar rivales en torno al balón y buscar los cambios de orientación a la banda contraria. De esta forma tuvo Brais Abelenda la más clara de la primera parte en el tiempo de descuento: Xabi Domínguez recibió uno de estos cambios de juego y puso un centro perfecto al segundo palo donde el santiagués conectó un remate de cabeza que desvió Alberto Sánchez a córner.

Segunda parte: Descalabro granate

El segundo acto comenzó con las incorporaciones al verde de Chiqui y Charly, quienes trataron de mejorar las prestaciones que el equipo había ofrecido en los primeros 45 minutos. Con Brais Abelenda moviéndose por la línea de tres cuartos, su posición habitual, Yago Iglesias buscó un revulsivo general que no terminó por llegar. El Fabril siguió sin sufrir en exceso e incluso contó con alguna oportunidad para ampliar la ventaja, nuevamente aprovechando los errores de la escuadra visitante.

En el minuto 67 y con una falta lateral a favor, las vigilancias atrás del Pontevedra desaparecieron incomprensiblemente y Fabi arrancó a la contra como último hombre desde el círculo central. Recibió el envío de sus compañeros, cabalgó cuarenta metros y definió con sangre fría en el mano a mano para duplicar la renta en favor de su equipo. Una acción más propia de los minutos de añadido que del minuto 67 en la que el Pontevedra acabó por entregar la cuchara. Un nuevo e inexplicable error en la mañana de hoy.

Errores de bulto sentenciaron al Pontevedra

El partido pudo cambiar en los minutos siguientes al 2-0, en los que los de Yago Iglesias fueron capaces de asediar a los de Manuel Pablo. Entre los minutos 70 y 75 se sucedieron las ocasiones granates: primero Brais Abelenda, el hombre que más lo intentó por parte de los visitantes, se encontró por partida doble con Alberto Sánchez; luego, cronológicamente, fueron Mario Gómez, Carlos López y Garay los que dispusieron de oportunidades para tener opciones de, al menos, rascar un empate. Solo sería un espejismo de lo visto en los últimos quince minutos de partido.

Con el Pontevedra ya volcado al ataque, con más corazón que cabeza y más individualismo que juego en equipo, fue el Deportivo Fabril quien, primero, tuvo la oportunidad para sentenciar y quien, después, acabó haciendo eso mismo. Fue Quique Teijo, recién incorporado al césped, quien puso fin a toda esperanza granate cuando en el minuto 89 disparó cruzado tras una gran acción individual de Guerrero, otra de las modificaciones introducidas por Manuel Pablo. Además, el mal sueño del Pontevedra culminó cuando, en el descuento, el Numancia anotó el gol de la victoria frente al Bergantiños.

Próximos compromisos

El próximo domingo, el Pontevedra tratará de volver a la senda del triunfo recibiendo al Langreo.

Por su parte, el Deportivo Fabril recibirá en A Coruña al otro candidato al ascenso directo, el Numancia.

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