Kylian Mbappé fue elegido el MVP del partido contra el Manchester City gracias a su hat-trick. Además de sus tres goles, también contribuyó en la presión sobre la salida del balón rival. Salió de su zona para facilitar la creación del juego y se alternó con Rodrygo para hacer las ayudas en banda derecha. La definición con la que materializó sus ocasiones dejó atrás su versión de principios de temporada y le acercó más a su nivel demostrado en la final del Mundial.
Cuestión de tiempo
Al terminar el choque frente a los ‘citizens‘, Kylian Mbappé fue preguntado en zona mixta sobre la posibilidad de alcanzar la cifra de los 50 goles a final de temporada. Toda una ironía teniendo en cuenta cómo de costosa estaba siendo su adaptación al Real Madrid. Su fichaje era esa guinda del pastel, tal y como aludía el propio Carlo Ancelotti al término de la eliminatoria europea. Aún así, su nueva posición como delantero centro generaba dudas a principios del curso, pero frente a Guardiola las disipó todas.
No ha sido sencillo; el propio jugador confesó haber tocado fondo cuando erró dos penaltis consecutivos. El primero fue un golpe duro, puesto que los madridistas afrontaban una de esas noches que tanto gustan a los blancos. Una cita de Champions en el mítico Anfield, donde tocaba dar un puñetazo sobre la mesa, pero el galo se topó con la mala fortuna, Kelleher y un Liverpool que borró al conjunto merengue de la escena.
Todo iría a peor cuando el FC Barcelona asestaba otro revés en forma de ‘manita’ para arrebatarle la Supercopa de España. Pese a que ‘la tortuga’ adelantó a los suyos con el ánimo de vengar el 0-4 liguero, la actuación del atacante no fue suficiente en otra noche para olvidar. Tal era la tendencia, que el Real Madrid solo había sido capaz de vencer a uno de los grandes de Europa: el Borussia Dortmund. Por ello, cuando el sorteo escogió al Manchester City, creció la incertidumbre, pero se disponía de otra oportunidad.
De todos los colores
Un contexto que no comenzó de la mejor manera, ya que su homólogo, Erling Haaland, quería erigirse como el ganador del duelo particular de la velada. Pese a que la grada del Etihad se empeñara en focalizarlo en el éxito de Rodri, en detrimento de Vinicius por el Balón de Oro, la batalla entre Kylian Mbappé y el noruego era el gran atractivo. El nórdico disparaba primero y finalmente por partida doble, pero el galo arengó a los suyos con un gol después del descanso, prácticamente sin querer. Una volea con la tibia que entró, provocó la sonrisa de todos y que mantuvo viva Bellingham para la vuelta.
Esa felicidad se adueñaría rápidamente de un Santiago Bernabéu entregado a su ídolo. Antes de los cinco minutos, la afición madridista ya celebraba una obra de arte que empezó Asencio y rubricó el francés. Un desplazamiento medido a la espalda de los centrales rivales, que encontró a ‘Kiki’ al espacio y este definía a la perfección con una vaselina sutil. Una exhibición coral que solo él pudo opacar con una calidad que le llevó a sentar a Gvardiol antes del segundo tanto.
Emulando a Messi en el Mundial, el croata volverá a ser recordado por figurar en un retrato precioso, donde el protagonista lo deja por los suelos como un testigo privilegiado. Un sello magnífico, pasada la media hora, que puso de manifiesto la precisión de un ‘killer‘ que ha recuperado su esencia. Un instinto de inconformidad que tuvo premio en forma de balón al concluir el partido.
Desatado
Kylian Mbappé todavía tuvo tiempo para levantar una vez más al feudo blanco de sus asientos y transformó otra jugada inolvidable, para Guardiola y para Foden. Y es que el británico quedó hipnotizado con la bicicleta de un jugador impredecible, que esta vez salió para su izquierda. Pero era tal su confianza, que el delantero no dudó en pegarle con la menos buena, por decir algo.
Ederson no pudo impedir un hat-trick formidable y con triple recompensa: MVP del encuentro, balón firmado y billete a octavos. Eso solamente es el seguido de una estado de forma, que ya comienza a elevar al francés a la altura de los mejores del mundo. Es lógico que ahora sí se comience a pensar en los 50, cuando ya suma 28 goles en 38 partidos, y lleva una serie de 18 goles en los últimos 18 encuentros.
«Lo vimos hoy con sus diferentes tipos de goles. Es increíble lo que ha hecho en su carrera. Sé que tuvo un comienzo lento, pero ahora está volando. Es un placer verlo jugar.»
Normal que tanto Carlo Ancelotti, sus propios compañeros como Rodrygo o Bellingham estén disfrutando con él en el equipo: «Lo vimos hoy con sus diferentes tipos de goles. Es increíble lo que ha hecho en su carrera. Sé que tuvo un comienzo lento, pero ahora está volando. Es un placer verlo jugar.»