A nadie le pilla de sorpresa decir que el Betis en Europa es un equipo que siempre sufre. A lo largo de su historia son muy pocas las veces en la que los andaluces han conseguido llegar lejos en dichas competiciones.
Hay que remontarse al año 1998 para presenciar la última vez que el equipo llegó a unos cuartos de final en competición europea. El Chelsea fue el último verdugo de un equipo que busca un hito histórico: llegar a unas semifinales que nunca han alcanzado.
El partido de ayer significó mucho más que una simple victoria. Golear al Vitória SC con 4 goles y jugar de esa forma tan seria y organizada es algo que se le pedía al Real Betis desde hace mucho.
Todo empezó con dos tempraneros tantos de Bakambu, un jugador que parece que ya está recuperado para la causa. A su vez aparecieron Antony e Isco, dos estrellas que sin dudas están demostrando que quieren ganar esta Conference.
Por último lo más sorprendente fue la facilidad con la que el equipo de Heliópolis despachó a un rival que se presuponía complicado, como es el Vitória, que acabó segundo en la fase de liga. Ayer se dio un mensaje no solo a los rivales del Betis, sino a su propia afición.
Este mensaje no es otro que el de la ambición y el de las ganas de vencer de un club que ha sido herido en su orgullo durante muchos años a lo largo del viejo continente. Es así como la entidad busca hacer historia ante el Jagiellonia Białystok de Polonia, su rival en cuartos.
Los polacos son un equipo peligroso, que cuentan con el máximo goleador de la competición, Afimico Pululu. Y también contarán con la ventaja de jugar en casa la vuelta, en la lejana Białystok al este del país.
Con todos estos condicionantes solo queda ver que puede ofrecer el Betis en Europa. Sin dudas Manuel Pellegrini y su plantilla tienen todas las armas de conseguir hacer historia, al igual que lo hicieron en 2022 en la muy recordada Copa del Rey que alzaron en Sevilla.