El pasado domingo 9 de marzo, durante el partido entre el Atlético de Madrid y el Getafe CF, Ángel Correa fue expulsado tras una entrada sobre Djené. Mientras se marchaba a vestuarios, profirió varios insultos hacia el colegiado, algo que podría acarrearle una significativa sanción. Cuadra Fernández recogió en su acta expresiones como «hijo de mil p*tas» y «cagón«. Según el reglamento, este tipo de conducta podría ser sancionada con entre cuatro y doce partidos.
¿Qué sanción recibirá Ángel Correa?
El comportamiento de Correa, lejos de ser aislado, se considera una infracción grave según el Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Esto es así debido a que se trata de un acto que afecta directamente a la integridad y la autoridad del colectivo arbitral. Los insultos hacia los árbitros son una violación seria de los principios que rigen el fútbol profesional. La RFEF establece sanciones severas para este tipo de conductas, ya que buscan proteger el respeto y la convivencia en el ámbito deportivo.
En el caso de Correa, el reglamento estipula que el castigo por insultar a un árbitro puede variar según la gravedad de la ofensa y el comportamiento del jugador durante el proceso disciplinario. En este sentido, se contempla una sanción mínima de cuatro partidos. Sin embargo, existe la posibilidad de una sanción más extensa que podría alcanzar hasta los doce partidos, dependiendo de la intensidad y naturaleza de las palabras dirigidas al árbitro. Además, las declaraciones públicas coinciden en que la RFEF probablemente tomará una postura firme. De esta manera, se envía un mensaje claro de tolerancia cero hacia los insultos y comportamientos irrespetuosos dentro del terreno de juego, como vienen haciendo desde hace un tiempo.
Cabe destacar que el futbolista del Atlético de Madrid ya ha pedido disculpas públicamente tanto al colegiado como al club mediante las redes sociales.
Precedentes en este tipo de sanciones
En el Atlético de Madrid echan la vista atrás para recordar una de las sanciones más duras que ha recibido uno de sus jugadores en los últimos años tras un incidente como el de Ángel Correa. Un ejemplo claro es el de Diego Costa. En 2019 fue expulsado durante un partido entre el Atlético de Madrid y el FC Barcelona en el Camp Nou. Según el acta arbitral, el delantero rojiblanco insultó al colegiado con la frase «Me c*go en mi p*ta madre».
Sin embargo, la versión del jugador y del club fue distinta. Argumentaron que Costa no dirigió el insulto al árbitro, sino que se trataba de una expresión de frustración personal. A pesar de la polémica, el Comité de Competición impuso una sanción de ocho partidos y una multa de 3.005€, considerando que el insulto sí estaba dirigido al colegiado.
El caso generó un intenso debate sobre la interpretación de los insultos en el fútbol. No se pudo demostrar con total certeza que las palabras fueran dirigidas al árbitro, pero la sanción fue contundente.