Didier Deschamps y Kylian Mbappé, juntos de nuevo en Francia.

Medio año después de su última convocatoria con la selección francesa, Kylian Mbappé vuelve a decir presente en Clairefontaine. Tras una fallida Eurocopa y unos primeros meses de compleja adaptación en el Real Madrid, quien fuera uno de los dos líderes futbolísticos de Francia en el último Mundial se encontrará con un panorama distinto en Les Bleus, ya sin la figura de su otrora mejor socio, Antoine Griezmann.

Luego de idas y venidas con Didier Deschamps, seleccionador galo hasta el término de la próxima Copa del Mundo en 2026, el ex-PSG tiene ante sí el reto de volver a ganar un título como la Nations League con su país. El ecosistema, en todo caso, deberá moldearse en función de él.

Mbappé versión 2025: ¿»9″ o extremo izquierdo?

Si bien la eliminatoria frente a Croacia no se presenta como el escenario propicio para experimentar a nivel táctico, lo cierto es que estamos viendo a un Kylian Mbappé cada vez más cómodo en la función de centrodelantero. Si a ello le sumamos el gran presente de dos electrones libres como Bradley Barcola y Ousmane Dembélé, la lógica diría que veremos a una Francia con el astro del Madrid encabezando la punta de ataque.

No obstante, no sería extraño tampoco que Deschamps aprovechara la exitosísima reconversión de Dembélé como falso «9» en el PSG de Luis Enrique y le diera continuidad a esta variante en la selección campeona del mundo en 2018. Esto, inevitablemente, desplazaría a Mbappé hacia el sector zurdo, sobre todo si tenemos en cuenta que Barcola ha demostrado sentirse cómodo a perfil natural por el costado diestro. Con esta disposición alternativa, la fluidez de los galos en el último tercio podría ser todavía mayor.

Randal Kolo Muani, Desiré Doué y Michael Olise, las otras cartas de Francia arriba

Si el que fuera el tridente del París Saint-Germain la pasada temporada se plantea como la principal opción, no hay que descartar tampoco el ingreso de otros intérpretes que, aunque con un rol más secundario, pueden dar mucho de qué hablar.

El buen momento goleador de Kolo Muani en una timorata y endeble Juventus de Turín, la calidad y personalidad de Olise para imponerse en un Bayern de Múnich plagado de estrellas y la creatividad y técnica «neymaresca» de Doué como revulsivo en el PSG suman mayor poder de fuego a una ofensiva que, desde hace años, impone mucho respeto.

Desde luego, acomodar las piezas en el tablero queda en manos de Didier Deschamps. Lo concreto es que, más allá de su naturaleza reactiva y transicional y de sus endémicos problemas para atacar bloques cerrados, Francia tiene recursos más que suficientes como para imponerse en los dos partidos frente a una Croacia en pleno recambio generacional y para soñar con un nuevo trofeo. El tiempo dictará sentencia.

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