La decadencia en el Ramón Sánchez-Pizjuán cada vez es mayor: de pelear por puestos de UEFA Champions League, a no aspirar a nada. Al principio, los aficionados sevillistas se preguntaban: ¿Quién es el culpable de esta decadencia?, y la culpa iba hacía los entrenadores y jugadores, pero con el paso del tiempo, y tras juntar todas las piezas del puzzle, la afición ha llegado a una conclusión. Aquí los únicos culpables son los miembros del actual consejo que tiene el club, con José María del Nido Carrasco a la cabeza, seguido por el expresidente de la entidad José Castro.
Ya son miles de sevillistas los sumados a la causa, para intentar expulsar a los denominados por ellos mismos «okupas» del club que tanto aman y les duele, recalcando en numerosas ocasiones el lema utilizado en cada momento de protesta: «JUNIOR VETE YA», frase presentada en cartulinas amarillas durante todos los actos de protesta manifestados.
El detonante de «la guerra»
Tras meses de protestas en las previas de los encuentros, y sin lograr ningún tipo de mejoría, los aficionados de Nervión prepararon una protesta masiva para el encuentro frente al Atlético de Madrid del pasado 6 de abril. Antes de ingresar al estadio, miles de aficionados esperaron la llegada de diferentes directivos para mostrar su descontento, cantando y enseñando las pancartas. Cánticos como «¡Somos nosotros, Sevilla somos nosotros!» o «¡Fuera del Sevilla, ya no te quiero!», estuvieron muy presentes durante el transcurso del acto, al igual que el lema «JUNIOR VETE YA», mencionado anteriormente.
El objetivo de todo esto, no es otro que la dimisión del actual presidente, José María del Nido Carrasco, quien ha salido respaldado de todas las juntas extraordinarias de accionistas, dejando al otro candidato (José María del Nido Benavente) sin opciones de tomar las riendas del club.
La gestión del actual consejo, no es del agrado ni mucho menos, para las personas que sienten el club de corazón, por lo que en computo general, lo que se busca es una limpieza total del club, desde accionistas y consejeros, hasta la presidencia. Además, en el acto acometido en el día de ayer, se lanzaron billetes falsos que reflejaban el rostro del presidente de la entidad y directivos al momento de la llegada del equipo.
Suspensión del partido entre Sevilla FC y Atlético de Madrid
La afición continuó mostrando su descontento en el interior del Ramón Sánchez-Pizjuán, obligando al colegiado del encuentro (Soto Grado) detener el partido durante algo más de tres minutos. Esto se dio tras el lanzamiento de bolas amarillas, provenientes de las cartulinas amarillas tan características, detrás de la portería defendida por Jan Oblak. Cabe recalcar, que el portero no estuvo en riesgo en ningún momento, pero el encuentro se detuvo con el bien de calmar las aguas. La situación no fue más allá de los cánticos y protestas que se llevan realizando desde jornadas anteriores, pero fue evidente el descontento de la afición, dando pie a un ambiente tenso durante el resto del partido.
Comunicado oficial del club
El Sevilla FC ha lanzado un comunicado oficial al respecto de los incidentes ocurridos el pasado domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El comunicado se centra especialmente en las agresiones, tanto verbales como físicas, sufridas por miembros del entorno del presidente, siendo el mayor perjudicado el psicólogo del mismo, quien según aficionados sevillistas, abandonó el estadio entre risas, dando a entender su felicidad por el estado del club. Además, también se mencionan las acciones vandálicas acometidas tras la conclusión del partido, añadiendo que estas serán perseguidas y denunciadas de cualquier manera legal.
A continuación el comunicado oficial: «El Sevilla FC condena las injustificables agresiones físicas y verbales que recibieron ayer varios de sus trabajadores, así como las acciones vandálicas producidas tras el partido ante el Atlético de Madrid.
El Sevilla FC perseguirá y denunciará cualquier acto violento y de incitación al odio, que en ningún caso representa los valores de nuestra afición.»
Este comunicado, no ha hecho más que avivar aún más la llama entre aficionados y directivos, dando comienzo la batalla en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que no cesará hasta que los actuales mandamases abandonen sus respectivos cargos.