El pasado 30 de abril, Lamine Yamal, con tan solo 17 años, firmó una actuación histórica en el empate 3-3 del FC Barcelona contra el Inter de Milán en la ida de las semifinales de la Champions League. En su partido número 100 con el club, el joven extremo no solo marcó un golazo, sino que lideró la remontada de un 0-2 con una exhibición de talento, madurez y liderazgo que lo consolidan como una estrella mundial.
Un comienzo adverso y una reacción de líder
El partido comenzó con un mazazo para el Barça: Marcus Thuram anotó a los 30 segundos, el gol más rápido en unas semifinales de Champions, seguido por una chilena de Denzel Dumfries al minuto 21, dejando un 0-2 en Montjuïc.
Sin embargo, Yamal emergió como el catalizador de la reacción culé. En el minuto 24, tras recibir en la banda derecha, dribló a Henrikh Mkhitaryan con un amague, se perfiló con la zurda y lanzó un disparo con rosca imposible para Yann Sommer, recortando distancias (1-2).
Dominio absoluto en el ataque
Yamal no se conformó con el gol. Su presencia en el campo desequilibró por completo la defensa del Inter, que optó por marcarlo con hasta tres hombres, según admitió el técnico rival, Simone Inzaghi. En el primer tiempo, generó una ocasión clara con un zurdazo que Sommer desvió al poste.
En la segunda mitad, continuó su recital: un centro envenenado al minuto 88 se estrelló en el larguero, rozando el gol de la victoria. Sus estadísticas son elocuentes: 6 remates (1 gol, 2 postes), 6 de 10 regates completados, 2 ocasiones creadas y 102 acciones con balón, siendo el tercer jugador con más actividad en el partido.
La madurez de Lamine Yamal ante un escenario tan exigente
Más allá de los números, lo que destacó fue la madurez de Yamal en un contexto de máxima exigencia. Antes del partido, preocupó a la afición al retirarse del calentamiento por molestias en el aductor, pero superó el percance y jugó los 90 minutos sin mostrar secuelas.
Su capacidad para canalizar la presión, como señaló Super Deporte, se asemeja a la de Lionel Messi: en lugar de frustrarse, usó la adversidad como combustible para brillar. Esta mentalidad, sumada a su ambición, lo posiciona como un líder nato.
Lamine Yamal: Un talento generacional
La actuación de Yamal no pasó desapercibida. Inzaghi lo calificó como “un fenómeno que nace cada 50 años”, mientras que Erling Haaland lo elogió en redes. Su impacto en el empate, tras un desgaste físico post-Copa del Rey, reafirma su candidatura al Balón de Oro, como destacó El Confidencial.
Con 22 goles y 33 asistencias en 100 partidos, Yamal ya es comparado con leyendas, aunque él rechaza los paralelismos con Messi, citando a Neymar como su principal influencia.
Lamine Yamal no solo salvó al Barça de una derrota, sino que intimidó a uno de los equipos menos goleados de la Champions, demostrando que está listo para definir partidos de élite. Su actuación en Montjuïc es un hito en su meteórica carrera y un aviso para el duelo de vuelta en el Giuseppe Meazza, donde el Barça buscará la final con Lamine Yamal como estandarte.