Esta es la situación en la que se encuentra Dinamarca, la selección que se enfrentará a España esta noche.
Esta noche, en el Estadio Enrique Roca de Murcia, España se enfrentará a la selección de Dinamarca, quien marcha en el primer lugar, del Grupo 4, en la Nations League.
Dinamarca siempre se ha caracterizado por ser un combinado muy compacto, con un estilo de juego definido y un proyecto a medio-largo plazo. Estos son los principales aspectos a tener en cuenta del combinado danés.
La confianza en el seleccionador, una de las claves
El proyecto de Dinamarca siempre ha tenido una base sólida porque los seleccionadores se perpetuaban. Piontek estuvo 11 años en el cargo, Nielsen 9, Olsen 15 y Hjulmand llevaba 4 años cuando lo dejó tras EURO 2024.
Su sucesor momentáneo iba a ser Wieghorst (su asistente), pero por problemas de estrés lo dejó y la Federación, a toda prisa, nombró a Knudsen quien, realmente, pone la cara y el carnet, pues ese rol de seleccionador es para el ex central del Liverpool, Daniel Agger, que tiene Licencia UEFA B, pero no la Pro, que es la licencia necesaria para ser entrenador oficial.
Mezcla de perfiles en la defensa
El capitán y líder es, a su vez, uno de los debates abiertos en la actual selección de Dinamarca. A sus 37 años y lejos de la élite del fútbol europeo, Schmeichel se mantiene en el puesto por la falta de alternativas. Sin embargo, Hermansen, portero del Leicester City, se posiciona como un buen relevo a futuro.
Esta Dinamarca lleva años estructurando su sistema con 3 centrales y 2 carrileros, por lo que se necesitan zagueros consistentes y carrileros profundos, a la par que enérgicos. En los centrales impera más la solvencia y fortaleza para crear una armadura que el manejo con pelota o la finura para iniciar una ideología con ellos, con el trío Vestergaard-Andersen-Nelsson como fijo.
En los carrileros, claramente sí hay una intención, pues el joven Kristiansen y, sobre todo, Bah, son los que más licencias se toman para romper al espacio, para ser espontáneos animadores y para instalarse en campo contrario casi de base.
Hace poco, en ese rol, por la izquierda, surgió Dorgu, quien se salió en inferiores y, ante su insultante capacidad ofensiva como carrilero, ya hicieron debutar hasta como extremo.
Un estilo marcado en el medio del campo
En la medular es donde Dinamarca sigue manteniendo un patrón más tradicional. Siempre usa 2 intocables mediocentros, a los que prioriza enorme amplitud, capacidad enérgica, ganar duelos y sostener posicionalmente. Hojbjerg es el líder silencioso y, a su lado, perfil parecido, alternan Hjulmand y Nørgaard.
La fantasía necesaria en un equipo de ritmos altos, que trasmite ofensividad y que se instala en campo contrario de manera habitual porque prefiere proponer a ser reactivo, en Dinamarca la sigue llevando Eriksen.
Falta de gol en la delantera
El gran problema de la actual Dinamarca es la ausencia de goleador. Y no solo de un ‘9’, sino de un futbolista que sí vincules directamente con la figura de rentabilizar todo lo que esta selección es capaz de generar por su entusiasmo y animosidad ofensiva. Hay un reparto enorme de responsabilidades en el gol.
Por eso surgen, de vez en cuando, jugadores que tienen pasajes, pero no largos tramos. Gronbaek es uno de los últimos en entrar, un diestro que acostumbraría a ser enganche, pero en el sistema, necesidad y roles de esta Selección, acaba siendo una alternativa cercana al delantero centro.
Isaksen, Damsgaard o Skov Olsen también tuvieron ese momento para haberse estabilizado en el sistema, pero su falta de regularidad y ausencia de un rol concreto en los sistemas de sus clubes les hacen no ser unas opciones claras.
Ese vacío en la posición de ‘9’ está alargando la vida internacional útil de Poulsen que, sin ser nunca un punta de cifras, rentabiliza mucho más su buena comprensión del rol que tiene el referente ofensivo en el ecosistema danés actual, donde jóvenes que han tenido mejores momentos y registros que el propio Poulsen, no se han instalado con esa versión en la Selección.
Algunos de esos jugadores son Wind y Hojlund pero, especialmente, este último. Tiene ese hueco reservado para su mandato, pero no acaba de dar todo lo que tiene para agarrarlo y no soltarlo. Si se enchufara de una vez, nadie duda que el salto de esta generación sería mayúsculo, porque la figura de un killer que defina todo el arsenal que suele crear este grupo, daría un trampolín clave.