Rafa Mir ha vuelto a los entrenamientos tras 96 días alejado de los terrenos de juego, un periodo marcado no solo por problemas físicos y bajo rendimiento, sino también por una polémica extradeportiva que puso en jaque su imagen pública el pasado verano. El futbolista llega a este momento con la presión de redimirse dentro y fuera del campo.
El último partido oficial del futobolista cartagenero se remontaba al pasado 30 de agosto, cuando fue sustituido entre abucheos en Mestalla en un enfrentamiento contra el Alavés. Desde entonces, una lesión lo apartó del verde en un momento en el que la afición ya le cuestionaba debido a su escasa aportación ofensiva. Sin embargo, la situación se complicó aún más tras conocerse la denuncia contra el delantero por una presunta agresión sexual en un caso que aún está en proceso judicial.
La denuncia, que salió a la luz semanas después de su lesión, ha generado un intenso debate en torno al jugador. Pese a ello, el Valencia CF decidió mantenerlo en la dinámica del equipo mientras avanza el procedimiento legal, algo interpretado por algunos como un respaldo y por otros como una decisión controvertida.
Rafa Mir: «Tengo muchas ganas de volver»
En lo deportivo, su regreso coincide con un momento clave para el Valencia. El conjunto ché afronta tanto la lucha por consolidarse en la zona media-alta de LaLiga como su participación en la Copa del Rey. Rafa Mir, cedido por el Sevilla con la esperanza de convertirse en el líder del ataque, solo ha anotado un gol hasta ahora. El delantero llega con ganas de redimirse y demostrar ante la afición su potencial ofensivo.
El técnico Rubén Baraja ha señalado que contar nuevamente con el jugador puede ser una pieza importante para potenciar las opciones ofensivas del equipo. El próximo partido de Copa podría servir como plataforma para que el delantero empiece a reivindicarse dentro del campo. Aun así, sabe que la presión sobre él será doble: la deportiva y la extradeportiva.
Con el caso legal aún abierto y la opinión pública dividida, Rafa Mir tiene ante sí la difícil tarea de recuperar la confianza tanto del club como de la afición. A su regreso a Mestalla, no solo se medirá contra los rivales en el césped, sino también contra las expectativas y el escrutinio generado por las circunstancias que han marcado su ausencia.