Gavi fue una pieza clave en el primer título de la era Flick. ¿Se puede tener 20 años, estar inactivo durante casi un año y, aún así, jugar como un veterano de mil batallas en los escenarios más inhóspitos y exóticos y ante rivales de máxima exigencia? Si tu nombre es Pablo Pérez Gavira, harto conocido por el mundo entero como Gavi, entonces la respuesta es sí.
Los resultados están a la vista: recital ante un muy buen Athletic de Bilbao en semifinales y una más que notable final ante el Real Madrid, mismo adversario contra el que se había exhibido hace un par de años en una instancia idéntica. Si en la famosa «nueva era» blaugrana los rostros de Pau Cubarsí, Pedri o Lamine Yamal brillan con luz propia, el del centrocampista sevillano no se queda muy atrás.
Gavi como interior derecho, un comodín en el carril central con pelota
Si antes de su fatídica lesión el de Los Palacios estaba destacando como un mediocentro en la base de la jugada, ahora está siendo fundamental en una altura superior, situado por el sector diestro en el más académico 4-3-3 que está implementando Hansi Flick en los últimos partidos. Con Marc Casadó y Pedri permutando y asumiendo la mayor parte del peso en los primeros pases, Gavi puede generar más ventajas arriba.
Si bien ha perdido presencia con balón respecto a su mejor versión con Xavi, su posicionamiento más alto le permite llevarse su marca -lo sufrieron Mikel Jauregizar y Eduardo Camavinga- para la aparición de un hombre libre, ofrecer una línea de pase extra en profundidad o, en definitiva, estar más cerca del área rival. Así lo atestiguan sus cifras brutas en esta gira saudí: gol + asistencia ante el Athletic y un penal generado contra el Madrid. Al menos el culebrón de Dani Olmo ha servido para algo positivo en Can Barça, y es que nos ha recordado lo insustituible que es Gavi en la mejor cara de este equipo.
Su entrega innegociable en la presión, la rutina de lo extraordinario
Y si con balón está desmintiendo que solamente es un jugador duro -si es que sigue existiendo un sector que crea dicha mentira-, sin él está ratificando todo lo que ha sabido mostrar desde su irrupción en el primer equipo en agosto de 2021, cuando ni siquiera era mayor de edad: su mentalidad de hierro a la hora de defender hacia adelante, ganar duelos y activarse ante una mínima pérdida para recuperar ese tesoro tan preciado para el Barcelona como es la pelota.
Pónganlo en primera línea, a correr hacia atrás por una banda, a tapar espacios como mediocentro o a perseguir delanteros atrás; él siempre dejará todo, y no se le caerán los anillos para meter la cabeza en lugares en los que ninguno quisiera meterla. Xavi Hernández, con la misma claridad con la que jugaba al fútbol vestido de corto, acertó a la perfección con su definición del «6» culer. El «corazón con patas» del Barcelona tiene nombre, y se llama Gavi.