Vinicius Jr., quien fuera duramente criticado en sus inicios, ya está llegando a lo que se esperaba de él
El inicio de una historia de amor entre Vinicius y el Madrid
El fútbol se basa en detalles, especialmente en la más alta élite, y ahí es donde Vinicius está consiguiendo ser determinante. Sin duda, el jugador brasileño es un claro ejemplo tanto de constancia, por su parte, como de apuesta por parte del club. Su llegada al club merengue no fue fácil, hasta el punto de bajar al filial. Allí, a pesar de mostrar que tenía un nivel superior al de la categoría, la antigua Segunda B, tampoco fue un camino de rosas. Tuvo que pasar por momentos donde ya su fútbol tan vistoso, ese famoso «joga bonito», era origen de críticas y de innumerables faltas.
Sin embargo, ya en esa temporada, acabaría disfrutando en el primer equipo de hasta 18 encuentros. Sería un final amargo dada la eliminación del club merengue de Champions por aquel increíble Ajax, sumado a una lesión que no le permitió dar todo de sí. Ya entonces, se le criticaba también que regateaba y desbordaba mucho, pero que su asignatura pendiente era el gol.
La promesa que se va formando
En las siguientes temporadas, poco a poco, con altibajos, iría consiguiendo hacerse con un hueco en el equipo titular. La temporada de la pandemia jugó hasta 29 partidos, con tres goles y dos asistencias, aún muy lejos de lo esperado. Pero el Real Madrid en ningún momento se planteó venderlo, se trataba de una apuesta de futuro.
El jugador brasileño celebrando uno de sus primeros goles en el Bernabéu | Transfermarkt
La siguiente temporada, la 20/21, dejaría ver a todos los aficionados del mundo que poco a poco, a pesar de las críticas, la cosa empezaba a funcionar. Aunque no fue ni mucho menos una buena temporada para el club, que no conseguiría ningún título, Vinicius parecía empezar a convertirse en lo esperado. Sobre todo se quedó en la memoria de muchos aficionados ese pase de Kroos, jugando en el Di Stéfano, que el brasileño conseguiría definir a la perfección.
La temporada 21/22 es, especialmente para los madridistas, una de las mejores campañas que se recuerdan de Champions. Con un Benzema imperial, que acabaría llevándose el Balón de Oro, Vinicius se convirtió en el compañero perfecto para todas aquellas noches mágicas del Bernabéu. En 35 partidos, el carioca alcanzaría los 30 goles generados, con 17 goles y 13 asistencias, entrando de lleno en la mesa de los grandes.
Sobre todo se destacó su gran actuación en casa del City, haciendo uno de los goles que posteriormente servirían para al menos llegar con vida al Bernabéu. Si bien en la posición del galardón quedó algo alejado del primer puesto, octavo, el paso adelante era claro.
La llegada de una leyenda, Vinicius Jr.
Se puede decir que la temporada siguiente, la 21/22, fue una especie de transición. Benzema bajó su nivel, y aunque no fue mala temporada, el equipo solo conseguiría la Copa del Rey. Por su parte, el brasileño, conseguiría 10 goles y 10 asistencias en 33 partidos. Su momento más importante sería sin duda su gol al Manchester City, a pesar de caer eliminado en la vuelta. Segundo año consecutivo marcando en unas semifinales de Champions.
Si se habla de paso adelante, el jugador brasileño sabía que tenía que darlo, y parecía no pesarle. Ante la salida de Eden Hazard, un siete fallido, Vinicius entendió que era el momento de portar uno de los dorsales más importantes del fútbol y especialmente para los blancos. Figuras como Juanito, Raúl o Cristiano Ronaldo lo llevaron antes que él.
La temporada para nada empezó fácil para el carioca, que no estaba sabiendo encontrarse. Ancelotti lo estaba posicionando más en una zona de nueve, donde no estaba pudiendo desarrollar correctamente su juego. Además, aunque no parecía importarle, los goles, y los focos con ellos, estaban cayendo sobre la recién fichada figura mundial, Jude Bellingham.
Una lesión muscular provocada con su selección le mantuvo alejado dos meses de los terrenos de juego, y muchos temían que le costara volver a ser ese jugador tan determinante por esos cambios de ritmo. Al principio fue así, pero al llegar las semifinales de Champions, Vinicius ha despertado. Probablemente, los dos partidos de esta eliminatoria hayan sido, si no los mejores, de los mejores partidos del brasileño con el club blanco.
En Múnich supo llevar al equipo en los momentos más duros, tras haber visto como le remontaban, de manera incansable. Un doblete no se marca por cualquier cosa, y menos si el penalti es provocado por un pase tuyo. Así conseguía el carioca su tercer año consecutivo marcando en semis de Champions, algo que tan solo jugadores como Cristiano Ronaldo habían conseguido.
Pero no solo eso, la exhibición total se vio en el partido de ayer. En esta ocasión fue el Madrid quien tuvo contra las cuerdas al equipo alemán casi todo el partido, comandados claramente por Vinicius. El extremo fue un martillo pilón por la banda, superando a todo lo que se ponía en su camino, menos a Neuer. Ni la ayuda de De Light a Kimmich consiguió frenar al merengue. Y parece que el destino lo tenía preparado, en uno de los disparos más inofensivos del brasileño, ante un Neuer que había salvado a su equipo, llegó el gol. Un fallo del portero alemán daba el rebote a Joselu, que no desaprovechaba marcando el empate, para la posterior remontada.
Realmente, aún se desconoce cuál será el techo de Vinicius, o si quizás ya ha llegado. Pero una cosa parece haber quedado clara, el heredero del 7 en el Madrid, el llamado a ser uno de los mejores jugadores del mundo, ya está llegando al trono.