Empate a uno en un partido de pasión y rivalidad
Getafe y Leganés echaban de menos un partido que tiene un aroma especial por los menos de cinco kilómetros que separan a dos municipios que viven esta rivalidad de forma sana y amistosa.
Un actor principal como José Luis Bordalás se perdió la cita por sanción o, mejor dicho, se resignó a verlo en un palco. Aunque el fútbol se ve mejor desde allí, tal argumento resulta insuficiente para los entrenadores, que siempre quieren estar cerca de sus dirigidos.
Los azulones firmaron una buena llegada en los compases iniciales y tuvieron no pocos acercamientos a balón parado. Una serie de faltas que dieron pie a la tarjeta amarilla de Óscar Rodríguez poco después de superarse el cuarto de hora. Juan Cruz, que mandó el esférico a la madera, y el recién amonestado, cuyo golpeo fue repelido por David Soria sobre la misma línea, protagonizaron una doble ocasión de muchos quilates.
Munir El Haddadi amenazó en otra acción por la izquierda, donde los pepineros encontraron un filón. Pero el espectáculo lo pusieron Mauro Arambarri y Marko Dmitrovic, de estreno en su nuevo equipo. Una media chilena del uruguayo forzó la estirada del guardameta serbio, que desvió lo suficiente para enviar el cuero al poste. Se lamentarion los seguidores locales, que aún no han visto ganar a su equipo en esta temporada 2024/25.
Poco antes del descanso, los anfitriones reclamaron una pena máxima de Renato Tapia sobre Djené, ya que el peruano atropella al zaguero y después toca balón. Las quejas de los allí presentes, así como de los jugadores, no hicieron que Adrián Cordero Vega cambiara de idea. Inexplicablemente, Jesús Gil Manzano tampoco avisó a su colega, así que tampoco acudió al monitor para observar la jugada de forma detenida.
El asueto no interrumpió el buen hacer de los anfitriones al ver cómo Munir probó fortuna desde la medular con un sorprendente envío que elevó las pulsaciones de Soria. El hecho de que entraran hombres de refresco por parte de ambas escuadras hizo que el duelo mantuviera ese ritmo elevado que había tenido en casi todo momento. Sébastien Haller volvió a disfrutar de minutos y Borja Mayoral regresó a casa tras su larga lesión.
Una falta lejana que no parecía entrañar demasiado peligro se tradujo en la diana de Jorge Sáenz. Quien hizo buena la asistencia del recién ingresado Roberto López. Un centro magistral y un complicado escorzo dieron el triunfo provisional a los de Butarque en el 75′. Si bien la ventaja se disolvió a la velocidad de un rayo debido al penalti competido por el autor del 0-1 sobre Diego Rico. Y ahí, desde los 11 metros, Mayoral es casi infalible. Tras el empate, todos alegres pero no mucho.