¿Quién nos hubiera dicho hace un par de años que, luego de haber vibrado con el fútbol total de aquel equipo partenopeo de Luciano Spalletti, un hombre de las islas iba a llegar para poner patas arriba al Calcio en un colectivo menos brillante pero igual de efectivo? Scott McTominay arribó como un descarte de un Manchester United que buscaba evolucionar -todo y que, finalmente, ha terminado involucionando- y se convirtió en uno de los nuevos reyes de la ciudad en la que Diego Armando Maradona es Santo Patrono. En la tierra del «10», el escocés ya es profeta: el Nápoles quiere volver a ser campeón del Scudetto con él a la cabeza.
De la base de la jugada a la mediapunta sin escalas: su cambio de rol
Uno de los primeros movimientos con los que sorprendió Antonio Conte fue la reconversión completa de McTominay a un rol que ya había adoptado tanto en el United como en la selección de Escocia pero en el que, definivamente, ha explotado esta temporada. Y es que el oriundo de Lancaster se ha transformado en un fantástico interior llegador, más relacionado con el último tercio -zona en la que, gracias a las fijaciones de Romelu Lukaku, puede explotar su gran lectura para aparecer en los espacios vacíos y su potente pegada- que con la gestación del juego. Con su tanto decisivo en el triunfo frente a la Atalanta (2-3) del último sábado, ya son cinco goles y dos asistencias en la cuenta personal de quien fuera mediocentro y quien hoy es un híbrido entre un «ocho libre» y un «diez».
El poderío físico que le sobra al Nápoles y le falta al United
Con sus 1,93 metros de altura, no hay dudas de que Scott McTominay ha supuesto un gran impulso para la fase defensiva de un conjunto azurri que es el mejor equipo de la Serie A en ese apartado -apenas 14 goles recibidos en 21 partidos-. Su capacidad para imponerse en los duelos de contacto tanto por arriba como por abajo, sumada a su despliegue en la primera o segunda línea de presión, lo consolidan todavía más como una pieza estructural en el novedoso sistema de Conte, alejado del tradicional e innegociable 3-4-3 del entrenador italiano.
Si hay un factor que evidencia lo útil que es tener un jugador como él en la plantilla es la decadencia de su ex-equipo, el Manchester United. Una de las claves del pésimo momento que se está viviendo en Old Trafford, entre muchas otras, es el enorme déficit físico de los Red Devils en el centro del campo, uno que el propio McTominay ayudaba a paliar y que ahora, sin él, es indisimulable. Mientras que los de Rúben Amorim siguen hundiéndose en el fondo de la clasificación de la Premier League, los de Antonio Conte continúan erigiéndose como los favoritos a levantar el cuarto Scudetto en la historia del Nápoles. Un nombre está haciendo la diferencia: el de Scott McTominay, un coloso escocés que tiene la misión de dejar su nombre grabado al lado de los de San Genaro y San Maradona.
