Podría ser el título de una película o de una canción pero es el día a día de los equipos en España debido a las dificultades económicas en LaLiga. No poder plantarle cara a los grandes de forma sostenida supone un reto mayúsculo para todos aquellos que despunten.
Mantenerse deportivamente al lado de los grandes nombres. Cuando hablamos de estas trabas hacemos referencia a varios indicadores. Los repartos televisivos, regulaciones financieras, el poder adquisitivo, las malas gestiones o el poderío perpetuado de los grandes clubes.
Estos resultan siendo impedimentos para aquellos que sueñan con alcanzar la zona noble de LaLiga y mantenerse.
¿Cuántos equipos acaban siendo un One Season Wonder (sueño de una temporada)? No hay que irse muy lejos para ver lo que cuesta salvaguardar esa gloria de jugar en nuevas competiciones o de asentarse con los Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid. El batacazo del Espanyol al participar en Europa, los denominados “equipos ascensores” como le viene ocurriendo al Real Valladolid o al Huesca en su día por ejemplo, e incluso la imposibilidad de afrontar tres competiciones al mismo tiempo sin llegar a sacrificar alguna como le ocurrió al EuroGetafe de Bordalás o al Girona de Míchel.
El eterno debate del reparto televisivo
Es uno de los grandes focos de críticas contra el organismo de LaLiga española de fútbol. El sistema de reparto deja inmensas cantidades repartidas para los dos grandes de la clasificación: FC Barcelona y Real Madrid. Aquí nace una de las grandes dificultades económicas en LaLiga. Este sistema aparece a partir del Real Decreto-Ley 5/2015, con el que cambiaba la forma de dividir el dinero generado por los equipos. «Lo importante para la Liga a nivel económico es que Real Madrid y Barcelona estén arriba» afirmaba el presidente de LaLiga hace unos años.
El reparto a la española: No al reparto igualitario
A partir de esta publicación, el ente de Javier Tebas repartió el montante total generado por las televisiones de la siguiente forma: un 50% del total se reparte de forma igualitaria para todos, lo que resulta en términos económicos en unos 33,7 millones de euros; y la otra mitad se divide a partes iguales. Un 25% corresponde a méritos deportivos y el otro 25% a su implantación social.
El buen hacer sobre el verde no solo influye durante esa temporada natural de la que se obtienen los ingresos, si no que se obtiene un resultado ponderado de varios parámetros influyentes. Un 35% de la reciente campaña, un 20% de la anterior y un 15% del peso lo tienen las anteriores tres campañas a estas dos. De la temporada correspondiente, el ganador se lleva de ese 35 un 17%. Desde ahí, el porcentaje baja dos puntos hasta el octavo puesto (que se lleva un 3,5%), donde esa reducción es de medio punto hasta la última plaza.
Y una de las grandes dudas que surgieron por ejemplo la pasada temporada fue con eso de la “implantación social”. El Real Madrid por ejemplo fue uno de los afectados por este indicador que evalúa en base a la recaudación taquillera (abonos y entradas) y la «participación en la generación de recursos por la comercialización de las retransmisiones televisivas». Este último entrecomillado viene siendo esas imágenes que vemos de los equipos en los vestuarios, entrevistas a pie de campo antes y después de los descansos y demás. Una modificación aprobada por los propios clubes que suponen un total de 130 millones.

A todo esto, hay que restarle que esa cantidad que reciben los clubes de Primera y Segunda hay que descontarle las obligaciones a pagar. Un 8,2% de los ingresos vuelven a LaLiga por las deducciones del fondo CVC, que ata a los clubes durante 50 años (por su propia voluntad, también lo han firmado), menos a FC Barcelona, Real Madrid y Athletic Club que no han firmado ese contrato.
Los ingresos por televisión en Inglaterra, el sueño del aficionado español
Según Tebas, «un reparto igualitario nos haría más pobres». ¿Suena impactante no? De ahí a que Barça y Madrid perciban al menos 140 millones de euros todos los años pero que en otras ligas no resulta así. Para contextualizar un poco, la diferencia económica entre el primero y el último en España fue de 119,4 millones, mientras que en Inglaterra fueron 79,7 millones. Datos que corresponden a la temporada pasada. Una diferencia que en España ya es de 90 millones entre lo que ganó el Barcelona frente al Sevilla (cuarto equipo en ingresos) durante la 23/24. Aquí está otra de las dificultades económicas en LaLiga que su ente organizativo trata de defender a capa y espada.
El reparto inglés de la Premier League es uno de los grandes sueños de muchos aficionados españoles y permitiría competir a esa zona media con otras ligas. Uno de los grandes secretos de los británicos es que el colista no puede percibir una cantidad que sea 1,5 veces superior a la del campeón. Así lleva fijado desde 1992 y que da la oportunidad a equipos recién ascendidos o de baja tabla a realizar grandes inversiones en los mercados de fichajes. Algo improbable en nuestra competición si no acabas dentro de los clasificados a competiciones europeas. El Everton, que acabó decimosegundo en la 2023/2024, percibió sobre 158 millones de euros, un millón menos que el Real Madrid que fue segundo en LaLiga.

Las regulaciones financieras de LaLiga y sus trabas
El fair-play financiero que aplica la mayor organización del fútbol profesional en nuestro país siempre nos deje alguna de sus tramas finales llenas de tensión. Las normas estaban pensadas para evitar que aquellas malas gestiones desembocasen en grandes deudas económicas. De ahí esa implantación de un límite salarial, que viene significando lo máximo que puede gastar un equipo en su plantilla. Al final, para los clubes que no poseen ese poder adquisitivo superlativo supone otra de las dificultades económicas de LaLiga que se exponen.
La regla del uno-uno
Se calcula a través de un balance de los ingresos menos los gastos no presupuestados y la consideración de la deuda pendiente. Un marco económico implantado ya hace más de diez años que impide gastar por encima de lo establecido. . En el caso de excederse, se aplica la regla del 1/1, que consiste en que solo puedes invertir un euro por cada otro euro que ingreses. Siempre y cuando se vendan activos. En términos más comunes, nadie puede ser inscrito si no entra dinero que respalde esa inversión.
Antes, la regla utilizada venía siendo la del 1/4. Un límite que sólo puede ser aumentado en caso de ventas o de recibir cantidades monetarias superiores. Bien sea en un mayor reparto televisivo u otros ingresos derivados de aficionados, publicidad o activos.
De ahí las famosas «palancas» que realiza la directiva de Joan Laporta.
Estas reglas generan esos discursos anuales de que “no hay dinero” o “hay que vender para inscribir”. Para estos equipos no hay cautelares del CSD de momento, dando mayor dramatismo a los finales de mercado con las inscripciones de última hora. LaLiga ha decidido este año cambiar su filosofía, permitiendo hasta tres inscripciones superando el máximo montante permitido de gasto.
Este pequeño invento anunciado hace unos meses permitiría contratar un jugador mediante traspaso y dos agentes libres. Sin embargo, hay truco, ya que esta situación se debe regularizar antes del segundo año de contrato de esos futbolistas. Además, se podrán renovar a jugadores menores de 24 años que lleven más de tres temporadas en el club cuando no haya límite suficiente. Siempre y cuando recuperen ese importe que supera el máximo o se les descontará en la siguiente campaña. Al final, la letra pequeña que acompaña estos anuncios siempre acaba escondiendo algo significativo.
El miedo a las ventas y las malas gestiones
Vender, vender y volver a vender. Generada esta situación, los equipos se ven obligados eso, hacer caja con sus grandes activos para equilibrar límites y obtener ingresos mayores. Esta solución extraordinaria se acaba convirtiendo en otra de las dificultades económicas en LaLiga. En muchas ocasiones, acaba debilitando, incluso encontrando un recambio en el mercado. Repercute directamente en su calidad deportiva frente a otras ligas, que ya se comentó anteriormente. Tenemos como ejemplo más reciente al Sevilla FC, que ha vivido durante varias temporadas en el olimpo europeo. Sin embargo, ha ido vendiendo a estrellas como Diego Carlos o Koundé y se ha ido debilitando con los años. Hasta tal punto de estar viviendo una crisis institucional con Del Nido Junior al frente. Este terremoto influye directamente en lo futbolístico, terminando esta temporada a un punto de la Segunda División.
No solo hay que hablar de cuadrar cuentas con las ventas, sino con las deudas que arrastra uno por vivir por encima de sus posibilidades. Eso es algo que además castiga el fair-play de LaLiga como se dijo anteriormente, limitando a los equipos a equilibrar las balanzas. Gestiones como las del archi-conocido Peter Lim y su Valencia CF es algo que a todo el mundo se le viene a la mente. De estar jugando Champions con aquel equipo de Marcelino e incluso levantando una Copa del Rey a pasar por conformarse con la salvación.
Ni hablar ya de los denominados “históricos” de la Primera División. Algunos caminan ahora por los campos de categorías inferiores añorando esos tiempos mejores, condenados por sus magnates y las malas praxis. Es el caso del Racing de Santander o del Xérez en tema de impagos. Otros como el Hércules, el Recreativo de Huelva o el Real Zaragoza pueden también tener palabra en estos casos de mala praxis. También hay que decir que no se ven tantos casos como antaño, al menos en el fútbol profesional. Si optamos por quedarnos cerca en el eje temporal, la relación Real Valladolid-Ronaldo se ha demostrado cuanto menos caótica.
En conclusión, nadie dijo nunca que el fútbol profesional, y menos la Primera División, fuese a ser un camino liso y llano. El panorama al que se enfrentan ahora intenta evitarlo aunque vemos que lo que resulta acaba imposibilitando que puedan competir con otras ligas europeas. Y más cuando van a competiciones europeas pensando en que la caída puede ser pronunciada en caso de reforzarse mal. Mientras tanto, este deporte dejará un pequeño resquicio de alegría cuando uno de los mortales se sale de su línea. Hará felices a miles de personas por el camino, que están por encima de cualquier traba impuesta por otros y que hacen vivir a la pelota.