Rodrigo De Paul está a punto de salir del Atlético de Madrid rumbo a la MLS, concretamente al Inter de Miami. La cifra del traspaso quedará en torno a los 15 millones de euros, variables incluidas. Así es como se va a cerrar la aventura del argentino en el club del Metropolitano. Periodo lleno de luces y de sombras, más sombras que luces, quizá, con un rendimiento irregular. Esto ha llevado a que la relación entre la afición y Rodrigo de Paul nunca haya sido de amor pleno, sino más bien de amor-odio.
Llegada a un equipo campeón
En la primavera de 2021, tras la dura pandemia y sin aficionados en los estadios, el Atlético de Madrid era campeón de Liga. Aquel verano el conjunto colchonero reforzó su centro del campo con el jugador número 10 de Udinese. Rodrigo de Paul costó 35 millones de euros y era el centrocampista más destacado de la liga italiana. En la última temporada había jugado 38 partidos, dejando 9 goles y 10 asistencias en su haber.
Todo parecía perfecto para el Atlético de Madrid, que fichaba un jugador en una edad plena, en un momento de forma espectacular y con un entorno familiar tranquilo que hacían que el rendimiento estuviera asegurado. Para Rodrigo de Paul era un salto de calidad en su carrera, llegando a un equipo campeón con un entrenador argentino. Comunión perfecta.
Pero no fue así, la separación del jugador de su pareja justo antes de llegar al Metropolitano y los rumores de una vida algo desordenada y con alguna que otra salida nocturna hicieron que la adaptación del jugador y sobre todo su rendimiento en esa primera temporada no fuera lo esperado. Rodrigo de Paul participó en 45 partidos entre Liga y Champions, donde hizo 4 goles y dio 1 asistencia. Unos números muy alejados de los últimos de Udinese.
Segunda temporada, año del Mundial.
Se encaraba la segunda temporada especial, donde se jugaría un Mundial de selecciones en pleno invierno, justo a la mitad del campeonato de Liga.
Esto suele provocar que los jugadores mejoren sus rendimientos, para que los seleccionadores les elijan en sus listas y para llegar en un estado de forma óptimo a la competición. Bien, pues esto sucede en todos los sitios, menos en el Atlético de Madrid. El rendimiento de Rodrigo de Paul fue a peor, su objetivo parecía ser llegar con las piernas lo más descansadas posible.
A esta actitud del jugador, se sumaron algunas indisciplinas por mentir en los motivos de permisos solicitados al club. Hasta pitos hubo en el Metropolitano hacia él, cosa que no suele pasar casi nunca, justo el día en que eran recibidos por la afición en casa los campeones del mundo con la selección argentina.
El plan le había salido bien a Rodrigo De Paul, era campeón del mundo, pero a qué precio. ¿No se puede hacer un buen papel con tu selección en el Mundial sin dejar de lado al club al que perteneces?
El Atlético de Madrid quedó eliminado de la Champions en la fase de grupos, y tras una segunda vuelta muy buena de los chicos de Simeone se consiguió el objetivo de nuevo de la clasificación. Los números de De Paul, 35 partidos entre Liga y Champions, donde hizo 3 goles y dio 7 asistencias, otra vez alejados de los de Udinese.
Últimas dos temporadas, números similares.
Las últimas dos temporadas no han sido mejores en cuanto a números, pero hay que decir que esta última, la 24/25, ha dejado algunas sensaciones de mayor compromiso y entrega por parte del jugador. Parece claro que el objetivo era conseguir una renovación económicamente al alza.
Antes del final de temporada, su representante se sentaba con el club para transmitir esta intención. El club tenía intención de renovar a Rodrigo de Paul, pero sin aumento de salario, cosa que no gustó al representante, dándose las conversaciones por rotas.
En medio del Mundial de Clubes el jugador traslada al club la intención de marcharse este mercado de verano y poner rumbo al Inter de Miami. Esto deja una cosa clara, Rodrigo de Paul es un jugador con muy poca ambición deportiva. Con 31 años y en vísperas de otro Mundial de selecciones, deja Europa para marcharse a una liga menor.
¿Cuáles son los motivos? Que cada cual saque sus propias conclusiones, todas las sabemos. Lo que sí queda claro y meridiano es que tanto el club como Simeone deben mejorar en la selección de perfiles. El Atlético de Madrid no puede permitirse el lujo de hipotecarse 4-5 años a jugadores con un compromiso dudoso. Es el momento de volver a los orígenes, donde frases míticas como «El esfuerzo no se negocia» o «Si se cree y se trabaja, se puede» vuelvan a calar y que los jugadores que vengan lo hagan para aportar.








