Venía caliente Davidovich en la previa del partido. A la más que dura derrota en la final de Washington hace menos de siete días (en la que dispuso de hasta tres match point para alzarse con su primer título ATP) había que añadirle el desacuerdo (por decirlo de manera suave) con dicha organización ante la decisión de ubicar su partido a las 11 de la mañana (hora local). No dudó el tenista español en hacer visible su enfado a través de sus redes sociales, como tampoco tardaron en publicar sus compañeros sus impresiones acerca del incidente.
A esta coctelera de ingredientes faltaba añadirle uno, probablemente de los más importantes: el rival. Jakub Mensik, un jovencísimo talento checo (19 años y 18º en el ranking ATP), regresaba esta semana a las pistas norteamericanas tras su reciente título en el Masters 1000 de Miami, doblegando en la final a nada más y nada menos que Novak Djokovic. El H2H invitaba al optimismo de la parroquia española (3-1 a favor de Davidovich), siendo dos de esos cuatro partidos la brutal remontada del español en el Open de Australia y la reciente victoria en los cuartos de final de Eastbourne.
Primer set: Aluvión ‘fokinista’
El malagueño comenzó el partido mucho más activado que el tenista checo, algo palpable ya desde el primer punto. En los compases iniciales, el saque del vigente campeón de Miami apenas le otorgó puntos gratis, algo que es vital en su juego. El hecho de jugar con segundos servicios también propició que Foki se retrasara varios metros de la línea de fondo para tratar de restar muy profundo e iniciar unos rallies que le interesaban más a él que a su rival.
Una sucesión de roturas que sentenció al checo
Corría el segundo turno al saque de Mensik cuando Alejandro Davidovich Fokina pegó el primer golpe sobre la mesa. El español aprovechó su primera bola de break para comenzar a escaparse en el marcador y lo hizo apoyándose en la derecha, golpe con el que desbordó por completo al jugador centroeuropeo. A la potencia de ese tiro hay que añadirle el uso del revés cortado, con el que varió tanto altura como velocidad, desquiciando así a un Mensik que no solo cedió ese break, sino que también hizo lo propio con el siguiente.
Tras consolidar el break ganando su turno de servicio, Davidovich sumó una segunda rotura tras una sucesión de puntos horripilante por parte del joven nacido en Prostejov. Hasta tres errores no forzados inmediatamente después al saque bastaron para que Foki se llevara, de manera virtual, al menos, el primer set. De ahí a la conclusión del mismo, Mensik trató de proponer cosas diferentes, obteniendo poco o ningún rédito de ellas. El resultado siempre era el mismo: la bola de Alejandro volvía y lo hacía más fuerte y más precisa de lo que le había llegado a sus talentosas manos. Varios juegos al saque ganados por ambos más tarde, ya se conocía el código de la primera manga: 6-2 en favor del malagueño. Ni rastro de ningún tipo de fatiga.
Segundo set: Y la balanza se tiñó de rojo y amarillo
Tras el paso por el baño del checo, el encuentro comenzaba a parecerse a lo que es un partido de Mensik promedio en pistas rápidas: puntos gratis con su saque y poco (o nulo) ritmo de pelota. De esta forma, Mensik gozó de un 40-0 a favor en su primer turno al servicio en el segundo set. Pero, entonces, una nueva desconexión tuvo lugar en el bando del centroeuropeo. Con cuatro errores no forzados (uno de ellos una doble falta) y un gran passing de revés de Foki, el español volvió a obtener un nuevo break de la nada con el que afrontar con garantías el segundo set. Su solidez estaba dando frutos, confirmando rápidamente la rotura para situarse con un momentáneo 6-2/2-0.
Viéndose tan abajo en el marcador, Mensik tardó muy poco en volver a la carga. Mantuvo su saque subiendo a la red mucho más de lo habitual (fruto, quizás, de la desesperación) y se encontró al resto con dos regalos del malagueño que le situaron con un 0-30. En esas, el checo jugó dos grandísimos puntos para romper el saque de Davidovich por primera vez en todo el encuentro e igualar el electrónico en la segunda manga. Estos eran, sin lugar a dudas, los mejores momentos de Jakub en el partido. El saque volvía a funcionarle y consiguió que la sangría de errores no forzados, si bien no se redujo demasiado, no le supusiera un grave perjuicio como en el primer set.
Mejor en los puntos importantes
Con 4-4 en el marcador, Davidovich obtuvo un break crucial. El primer saque de Mensik desapareció en el peor momento para sus intereses y los restos profundos del español pusieron en muchísimos aprietos al checo. Tanto fue así que Foki aprovechó la cuarta bola de break de la que dispuso en todo el partido para anotarse su cuarta rotura de servicio. Una nueva doble falta (jugándose el segundo saque como si fuera otro primero) terminó por condenar a un Jakub Mensik completamente fuera del partido. Salvando una oportunidad de break, Davidovich cerró el encuentro apoyándose en su servicio y firmó, igual que hace dos años, un nuevo pase a octavos de final en la ciudad canadiense. Allí podría verse las caras con Rublev o con Sonego.








