Un 3 de agosto de 1999, el Arsenal anunciaba un fichaje que cambiaría por completo el rumbo del club. El delantero francés Thierry Henry, tras un amargo paso por la Juventus, se unía al equipo dirigido por su compatriota Arsène Wenger a cambio de 11 millones de libras.
Muchos dudaban de si este fichaje estaría a la altura o sería un rotundo fracaso. Sin embargo, Wenger tenía fe ciega en que, en el conjunto del norte de Londres, Henry explotaría todo su potencial. Y el potentísimo delantero francés respondió a base de goles y de echarse el equipo a sus espaldas en los momentos decisivos. Sus 229 goles y 104 asistencias le han valido para ganar siete títulos como gunner, ser reconocido como uno de los delanteros más letales en la historia de la Premier League y convertirse en el máximo goleador histórico —y leyenda— del Arsenal.
Primeras temporadas de adaptación en Londres
Thierry Henry aterrizaba en la Premier League tras un decepcionante paso por la Juventus, donde apenas disputó 20 partidos, marcó 3 goles y jugó lejos de su posición natural. Su entrenador, Arsène Wenger, confió plenamente en sus cualidades y lo colocó como el principal faro ofensivo del equipo. Junto con Dennis Bergkamp, formarían una dupla letal.
La temporada 99/00 fue muy buena para el espigado delantero francés: marcó 26 goles y dio 10 asistencias en todas las competiciones, logrando el subcampeonato de la Premier League y llegando a la final de la Copa de la UEFA ante el Galatasaray, donde cayeron en los penaltis por 4-1. Ahí explotó todo su potencial como delantero: su velocidad y regate volvían locas a las defensas rivales, su definición —clínica tanto desde lejos como en corto— fue una pesadilla para los porteros, y su capacidad de adaptarse al rol de extremo le permitía aprovechar al máximo su habilidad para desbordar y encarar.
Después de triunfar con Francia en la Eurocopa de Bélgica y Países Bajos 2000, donde anotó tres tantos, Henry llegaba en plena forma y dispuesto a ayudar a su equipo a pelear por todos los títulos. Sin embargo, tendría que esperar hasta 2002 para levantar sus primeros trofeos.
En la temporada 2001/2002, alzaría su primera Premier League con una ventaja de 7 puntos sobre el Liverpool, además de conquistar la FA Cup tras imponerse al Chelsea en la final por dos goles a cero y la Community Shield. Con 24 dianas, Thierry fue el máximo anotador del campeonato liguero y se consolidó como una de las grandes estrellas de la Premier League. Esto sería el preludio de la era dorada del Arsenal.
Thierry Henry fue uno de los líderes del Arsenal de los Invencibles
La temporada 2003/2004 se presentaba clave para el Arsenal de Arsène Wenger, cuyo gran objetivo era volver a levantar el trofeo de campeón de liga. Thierry Henry fue uno de los pilares fundamentales de aquel equipo, junto con nombres como Dennis Bergkamp, Patrick Vieira, Robert Pirès, Fredrik Ljungberg, Jens Lehmann, Sol Campbell, Martin Keown o José Antonio Reyes.
Con un estilo de juego ofensivo, basado en la presión alta, la fluidez con el balón y una enorme adaptabilidad, el Arsenal arrasó a todos sus rivales. Lograron una histórica Premier League sin perder un solo partido: 26 victorias y 12 empates. Una hazaña que aún hoy sigue siendo única en la era moderna del fútbol inglés.
Henry fue clave en aquel logro. Con 39 tantos en todas las competiciones —30 de ellos en liga—, se consagró como máximo goleador de la Premier League por segunda vez y ganó su única Bota de Oro europea. Su velocidad, definición y liderazgo lo convirtieron en el referente absoluto de aquel equipo que pasaría a la historia como el Arsenal de los Invencibles.
A pesar del dominio en Inglaterra, la Champions League seguía siendo una cuenta pendiente. Pero todo cambió en la temporada 2005/2006. El Arsenal eliminó al Real Madrid de los Galácticos en octavos, a la Juventus en cuartos y al sorprendente Villarreal en semifinales. En la final, su rival sería el FC Barcelona de Frank Rijkaard. Todo comenzó bien con un gol de cabeza de Sol Campbell en el minuto 37, pero en la segunda parte, los goles de Samuel Eto’o y Juliano Belletti dieron la vuelta al marcador, dejando a Henry y compañía sin la ansiada primera Copa de Europa.
Problemas físicos recurrentes en su última temporada como gunner y breve regreso como cedido
Todo lo que sube, tiene que bajar, dice el refrán. Y eso define perfectamente la temporada 2006/2007 de Thierry Henry, su última como jugador del Arsenal. Una campaña marcada por las lesiones, que le impidieron tener la regularidad deseada y lo alejaron del nivel brillante mostrado años atrás. Solo pudo disputar 27 partidos y marcar 14 goles en total, cifras bastante modestas en comparación con sus temporadas anteriores.
El 25 de junio de 2007, el internacional francés puso fin a su etapa como gunner tras ocho temporadas y fichó por el FC Barcelona por 24 millones de euros. Con el conjunto azulgrana conquistó cinco títulos, incluyendo el histórico triplete de Liga, Copa del Rey y UEFA Champions League en 2009. En 2010, Henry puso rumbo a la MLS para unirse a los New York Red Bulls, donde dio sus últimos coletazos como profesional.
En medio de su aventura en Estados Unidos, en 2012, Thierry Henry regresó brevemente a la que siempre fue su casa. Cedido por tres meses, volvió a vestir la camiseta del Arsenal. Aunque fue por poco tiempo, la afición pudo disfrutar nuevamente de una de sus mayores leyendas. En ese corto período, disputó siete partidos y marcó dos goles.
Su legado en el Arsenal es incuestionable: 377 partidos, 229 goles, 114 asistencias y siete títulos. Thierry Henry no solo es el máximo goleador histórico del club, sino también uno de los mejores jugadores que haya pisado los campos de la Premier League. Su impacto en el fútbol inglés —y mundial— es eterno, y su figura sigue siendo una fuente de inspiración para las nuevas generaciones.
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