‘El Panda’ se encargó de remediar el mal segundo tramo del Celta de Vigo contra el Villarreal. El equipo olívico es el primero que le quita puntos al conjunto de Marcelino, el único también en marcarle gol hasta el momento. Si durante los 45 minutos iniciales los de Claudio fueron claros en sus ideas y encontraron resquicios en la zaga amarilla, incluso siendo superiores a los ‘groguets’, sucedió totalmente lo contrario a la vuelta del descanso.
Este arranque de temporada se puede resumir en esta irregularidad entre mitades prácticamente. Incapaces de mantener un gran nivel y de afinar cuando lo hacen. Afrontan así el primer parón de selecciones con tres puntos de doce disputados. A la vuelta, les esperan Girona, Rayo y Elche en liga, así como el regreso oficial a la Europa League en Stuttgart.
Primera parte «soberbia», segunda más plana
El adjetivo «soberbia» también lo empleó Claudio Giráldez para definir a su equipo antes del descanso. Ante un Villarreal que llegaba a Balaídos como líder y dejando muy buenas sensaciones, el Celta de Vigo no se amedrentó. A base de darle velocidad en circulación al balón, aparecieron con cierta facilidad los espacios. Y en eso, los vigueses suelen ser duros de roer, dando cada vez más señales de mejoría. Además, el contar con un Bryan Zaragoza de inicio, más afinado ya, le otorgó la baza de buscar el 1vs1 de forma constante.
No solo con pelota estuvo bien el combinado de Giráldez, sino también sin ella. La presión, muy alta y agresiva, incomodó mucho a los visitantes. 30 recuperaciones lograron con apenas siete entradas y dos intercepciones. A base de dificultar la hora de recibir y evitar que montasen transición los groguets, el Celta se instaló gran parte de los minutos en campo rival. Precisamente fue cuando el Villarreal lograba salir de la presión cuando llegaron las únicas dos oportunidades del primer tiempo para ellos, ambas detenidas por Radu con solvencia.
El segundo tramo del partido ya fue mucho más plano y sin ideas. Con un Iago Aspas desafinado, y con una referencia como Pablo Durán que estaba más destinada a la presión, los celestes se fueron atascando. Justo al poco de arrancar, al igual que contra el Getafe, les tocó remar a contracorriente. Un gran gol coral de Pépé puso las cosas cuesta arriba. Los cambios iniciales de Hugo Álvarez y Borja Iglesias parecieron no solucionar mucho el panorama a la hora de crear oportunidades en último tercio. Ni con Ilaix ni Williot en el campo fue a mejor, puesto que, con el paso de los minutos, se veía muy precipitados a los locales, intentando el juego directo.
Pases sin destinatario y poco precisos, muy largos en ocasiones, enfadaban al graderío local que se desesperaba hacia el final del choque. En el bando visitante, el 0-2 parecía más cerca que nunca. La entrada de Mingueza dio algo más de pausa, entrando como tercer central, y de repente el peligro volvió a aparecer. Un pase filtrado desde la defensa del propio catalán lo convirtió en ocasión de gol el Panda, dejando el balón con el taco a Ilaix. El tiro se marchó rozando el poste de Luiz Júnior como previo aviso al gol. Sería muy semejante el empate, con un balón largo de Manu Fernández a la cabeza de Rueda, que la pondría al centro del área para encontrar a Borja Iglesias y empatar.
El Celta sigue poco afinado en las áreas
El gran lastre de este equipo sigue siendo su resolución en las áreas. El cuadro gallego estaba siendo uno de los equipos de LaLiga EA Sports que más daño le hacían atrás con pocas acciones de gol. En la tarde de ayer volvió a ser así, pues la primera gran oportunidad de los de García Toral fue para dentro. Durante el primer tiempo, el meta rumano se mostró muy solvente y detuvo dos tímidos disparos, pero no pudo hacer nada en el 0-1. De hecho, este tanto era evitable según el entrenador de O Porriño.
«Hemos sido capaces de defenderles muy bien, salvo en una acción que ahora mismo nos está penalizando. Su gol llega en una mala defensa nuestra, eso es algo que tenemos que mejorar. Su gol fue un golpe demasiado duro», respondía a los medios al término del encuentro. Ese fue uno de los grandes puntos de enfado del entrenador local, que decía marcharse insatisfecho visto el partido.
Esa misma sensación de falta de contundencia se puede trasladar al ataque. Aunque, tal y como se citó anteriormente, se van viendo atisbos de mejoría clara con el paso de los partidos. A la hora de resolver las ocasiones de forma efectiva, al Celta de Vigo le está costando un mundo hacerlo. En este Celta – Villarreal, contando solo la primera parte, se va con 0-0 al descanso tras ocho disparos, dos de ellos a puerta. Además, hay que sumarle la gran oportunidad que mandó fuera Moriba en el 89´ de encuentro.
Remitiéndonos a estadísticas pasadas, no desentona mucho con el arranque de campeonato. El día del Betis fueron 14 disparos, cinco a puerta y un gol; la primera salida a Mallorca acumularon ocho remates, dos y a puerta y dos ocasiones claras, un gol; y el del Getafe acabó con 11 tiros, tres a puerta y ningún tanto. La temporada pasada, con cuatro partidos disputados, el Celta llevaba diez goles.
Los nombres propios del empate a uno en Balaídos
Los grandes nombres del partido prácticamente estuvieron en uno por línea en el Celta de Vigo. Comenzando por la portería, Ionut Radu sigue disipando las dudas a su alrededor. En la tarde ayer cuajó un partido muy completo, dando una seguridad ausente en la portería celeste durante mucho tiempo. Sobre todo en el juego aéreo, el meta rumano se mostró imponente en balones parados. Además, firmó dos paradas a pesar de encajar un gol.
En la zaga, Manu Fernández sigue creciendo y firmando buenos minutos en su estreno en Primera División. Partiendo como central por la izquierda, a pesar de ser diestro, hizo valer su juego de pies. De hecho, uno de los cinco pases largos, de los ocho que intentó, fue la pre-asistencia del gol de Borja Iglesias. Con un 94% en el pase y cinco de seis duelos ganados, completa su segundo partido en LaLiga.
Javi Rueda volvió a destacar, esta vez como titular de nuevo. No firmó gol como en Mallorca, pero sí repartió uno. Además de esa asistencia, demostró su potencia y recorrido por toda la banda derecha. Su poderío físico fue un incordio para la defensa amarilla, que incluso se durmió en alguna ocasión cuando no lo esperaban. El punto a mejorar sigue siendo el centro lateral, poco acertados los que puso con pierna derecha.
Y por último, Borja Iglesias sigue confirmando que está a buen nivel. Disputando media hora en este partido, sacó petróleo cuando menos se esperaba. A pesar de que no pudo nutrir y desahogar el juego al buscar algo más el juego directo. Pero cuando volvió la pausa y conectaron con él, el compostelano casi da una asistencia a Ilaix. Es más, hizo valer su precisión de cabeza con el empate, dándole al Celta de Vigo un registro que sin él no acaban de encontrar.
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