Bastaron unos cuantos partidos de Julián Alvarez en el Atlético de Madrid a un nivel extraordinario para que se volviera costumbre ver especulaciones que relacionaban al jugador con otros equipos. El caso más claro sucedió (y sigue sucediendo) con el FC Barcelona, que se demuestra cada fin de semana en el que Julián es protagonista, bien sea con gol o asistencia. No tardan en salir aquellos que afirman que el Atlético se le queda pequeño al argentino, o los que afirman que en el fondo es culé, y que su deseo es vestir la camiseta azulgrana algún día.
Memeces aparte, lo cierto es que Julián Alvarez decidió bajo su total conocimiento que quería fichar por el Atlético de Madrid, y eso es lo único demostrable hasta hoy. Por otra parte, suena irónico que en el entorno culé se pueda relacionar mínimamente al argentino con el Barça, ya que, independientemente de cualquier otra cosa, Julián renovó con el Atleti hasta 2030 con una claúsula de rescisión de casi 500 millones de euros. Casi nada.
Casi a modo de burla, los aficionados del Atlético de Madrid comenzaron a destacar una figura del FC Barcelona con la intención final de que acabe vistiendo de rojiblanco. Este es Pedri González, centrocampista culé e internacional con la Selección Española. En los primeros días parecía una simple e inocente broma con el único propósito de protestar contra aquellos aficionados y periodistas culés que situaban a Julián en el Barça día sí y día también, pero ¿es realmente posible que Pedri acabe en el Atlético de Madrid? La conclusión podría sorprender a algunos.
Un perfil que encaja a la perfección en el sistema de Simeone
Desde el aspecto técnico, táctico y propiamente deportivo, Pedri González sería la mejor de las noticias para el mediocampo rojoblanco debido a las evidentes carencias del Atlético en dicho séctor del campo. Con las salidas de De Paul y Saúl, la entidad colchonera se vio obligada a reforzar su medular, aunque finalmente solo se hizo el fichaje de Johnny Cardoso. A día de hoy, Simeone tiene a su disposición a únicamente tres centrocampistas puros. Aunque Barrios y Koke están siendo capaces de sostener el centro del campo del equipo, los minutos pesan y se nota negativamente la falta de fondo de armario.
Con Pedri, además de número, sumas calidad. Destaca principalmente por su versatilidad, puesto que es capaz de jugar como mediapunta, interior o incluso abrirse a las bandas. Pedri es un futbolista de control exquisito, con un pase preciso y una visión privilegiada para encontrar el último pase. Su toque entre líneas, siempre limpio y orientado, le permite conectar zonas y acelerar el juego sin perder la pausa cuando es necesaria. Es uno de esos centrocampistas que interpretan el ritmo del partido mejor que nadie, capaces de ofrecer soluciones incluso en los espacios más reducidos.
En el aspecto físico y de compromiso, el canario destaca por su capacidad de recorrido y su implicación defensiva. No rehúye el esfuerzo ni la recuperación de balón cuando la situación lo exige, un rasgo que complementa su talento con un sentido colectivo cada vez más maduro. Es cierto que también tiene limitaciones, que pasan por una corpulencia que no es la más dominante y por el riesgo de desgaste en temporadas largas, motivo por el que suele gestionarse su carga de minutos con especial cuidado. Sin embargo, estas no son más que posibles consecuencias de su enorme rendimiento en el césped.
¿Es viable económicamente?
A principios de 2025, el FC Barcelona emitió un comunicado donde anunciaban que Pedri González había renovado con el equipo culé hasta 2030, elevando además su claúsula hasta los 1.000 millones de euros. Sin embargo, estas cifras no serían muy significativas, ya que en ningún caso el Atlético abonaría su claúsula, y en el Barcelona siempre están abiertos a negociaciones. Todo esto podría parecer una quimera deportiva, pero, desde el punto de vista económico, la operación empieza a tener cierto sentido. No porque el Atlético haya cambiado su política, sino porque el contexto financiero del Barça lo empuja a vender.
El club azulgrana atraviesa una situación contable límite. LaLiga le ha rebajado su límite salarial en 112 millones de euros, dejando el techo en torno a los 351 millones, tras excluir los 100 millones obtenidos por la venta de palcos VIP del nuevo Camp Nou, considerados ingresos no válidos por no existir aún físicamente. Esa corrección ha dejado al Barça fuera de la norma 1:1, lo que impide inscribir jugadores sin liberar masa salarial o ingresar dinero real. Algo que ya han podido comprobar en el equipo culé tras el intento frustrado de incorporar a algunos jugadores el pasado verano, como Nico Williams.
La entidad presidida por Joan Laporta ya estaba excedida en más de 100 millones respecto a su límite salarial, y pese a haber reducido la masa de sueldos de 670 a unos 500 millones, el problema persiste. En la última temporada cerró con pérdidas netas de 91 millones, lo que agrava el escenario. Por eso, en el club se habla de una «limpia» necesaria: ventas, cesiones y salidas forzosas que generen liquidez y permitan cumplir con los criterios de LaLiga y la UEFA.
Pedri y el Atlético de Madrid: más cerca de lo que parece
En todo este contexto, una oferta por un futbolista de alto valor como Pedri, si bien impensable hace un año, hoy sería escuchada. No por falta de aprecio deportivo, sino por pura necesidad contable. El Barça necesita aliviar su masa salarial, sanear sus cuentas y recuperar margen de maniobra para inscribir jugadores de alto nivel, y no solo parches momenténeos.
Mientras tanto, el Atlético de Madrid vive el momento financiero más sólido de su etapa reciente. La entidad colchonera ha visto incrementado su límite salarial hasta los 326 millones de euros, consolidándose como el tercer club de LaLiga en capacidad económica. Este salto se debe, entre otras cosas, a nuevas fuentes de ingresos: la futura Ciudad Deportiva junto al Metropolitano, la ampliación de acuerdos de patrocinio con grandes marcas como Red Bull, LG o Google, y los beneficios derivados de conciertos y eventos en el Riyadh Air Metropolitano. Por no hablar de que socialmente, la entidad rojiblanca no para de crecer, superándose a sí mismos temporada tras temporada.
En definitiva, la operación sería compleja, pero no imposible. El Barça, ahogado por sus propios números, podría verse forzado a escuchar ofertas por motivos contables y salariales. Y el Atlético, reforzado por su crecimiento económico y la diversificación de ingresos, tiene margen para aprovechar una oportunidad que hace poco habría parecido pura fantasía. Es por ello que, no es descabellado afirmar que es más probable que Pedri termine en el Atleti que Julián en el Barça.
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