Por primera vez desde que asumió el banquillo del Liverpool, Arne Slot atraviesa una racha preocupante. Tres derrotas consecutivas —todas por la mínima y dos de ellas encajadas en el tiempo añadido— han encendido las alarmas en Anfield. Aunque los rivales no eran sencillos —Crystal Palace, Galatasaray y Chelsea—, el técnico neerlandés afronta la vuelta del parón internacional con más dudas que certezas antes del clásico ante el Manchester United en Anfield.
Tres tropiezos que dejan huella
Las derrotas recientes no solo rompieron la dinámica positiva con la que el Liverpool inició la temporada, sino que también evidenciaron grietas que ya se insinuaban desde el tramo final del curso pasado. En Londres, ante el Chelsea, los Reds volvieron a mostrar una preocupante fragilidad defensiva y una alarmante falta de claridad ofensiva, algo que Slot reconoció tras el encuentro: “Tenemos que encontrar respuestas a cómo los equipos nos esperan atrás y nos castigan a la contra. El juego ha cambiado, y nosotros debemos cambiar también”.
Los números reflejan la tendencia: el Liverpool, que en el arranque de la Premier League vivía de los goles tardíos, ha perdido esa capacidad de resolver sobre la bocina. Lo que antes eran victorias sufridas ahora son derrotas evitables.
Un Liverpool sin laterales de referencia
Uno de los principales quebraderos de cabeza para Slot ha sido la recomposición de la defensa. Por primera vez desde 2017, el Liverpool no cuenta con Trent Alexander-Arnold ni Andy Robertson como laterales titulares. El inglés, figura icónica del club, partió libre rumbo al Real Madrid, mientras que el escocés ha perdido protagonismo tras un curso irregular.
La directiva apostó por Milos Kerkez como relevo en el flanco izquierdo, pero el joven lateral aún no ha mostrado la fiabilidad ni el impacto ofensivo de su predecesor. En la banda derecha, el técnico ha tenido que improvisar: las lesiones de Jeremie Frimpong lo obligaron a probar con Conor Bradley, Joe Gomez e incluso con Dominik Szoboszlai en un rol más defensivo. La falta de continuidad y automatismos en esa línea ha afectado tanto al juego de construcción como a la estabilidad atrás.
Salah, sin brillo
Aunque las cifras de Mohamed Salah siguen siendo respetables —tres goles y tres asistencias en diez partidos—, su influencia sobre el juego ha disminuido. En los últimos 24 encuentros oficiales, solo ha marcado cuatro goles que no sean de penalti. Ante Chelsea, desperdició una ocasión clara y apenas tocó el balón en el área rival.
E egipcio, que la pasada temporada firmó 34 goles y 23 asistencias, parece lejos de su mejor versión. Su entendimiento con el nuevo esquema de Slot no termina de cuajar, especialmente tras renunciar a parte de su libertad ofensiva para reforzar el bloque defensivo.
El caso Florian Wirtz
El fichaje más caro de la historia del club, Florian Wirtz, tampoco ha tenido el impacto esperado. El alemán, procedente del Bayer Leverkusen, todavía no ha participado directamente en un gol tras nueve partidos. Aunque lidera al equipo en ocasiones creadas, la conexión con Salah y Gakpo es todavía débil.
Julian Nagelsmann, su seleccionador, pidió paciencia: “Wirtz necesita acostumbrarse a la Premier. El talento está ahí”. Sin embargo, Slot se enfrenta al dilema de cómo integrarlo sin desajustar el mediocampo. En las primeras jornadas lo ubicó como mediapunta, pero el equipo perdió equilibrio; en el último duelo lo desplazó a la izquierda, donde tuvo menos influencia.
El vacío de Luis Díaz en el Liverpool
A la falta de fluidez ofensiva se suma la marcha de Luis Díaz, traspasado al Bayern Múnich. El colombiano, decisivo la temporada pasada, ha iniciado con fuerza en Alemania (6 goles y 4 asistencias en 10 partidos), mientras que su sustituto, Cody Gakpo, no ha logrado mantener el nivel (solo dos goles en liga).
La ausencia del desborde y la intensidad del colombiano ha restado verticalidad al equipo, que ahora depende más de las combinaciones interiores que del uno contra uno por las bandas.
Slot, ante su primera gran prueba
El técnico neerlandés, que heredó un equipo campeón de la Premier y de Europa bajo Klopp, afronta su primer examen serio como gestor de crisis. Lesiones, rotaciones y una plantilla en plena transición le han impedido consolidar un once fijo, algo que sí era seña de identidad en la era anterior.
El próximo duelo ante el Manchester United será clave. Slot necesita una victoria no solo para cortar la mala racha, sino también para reafirmar su autoridad en el banquillo y recuperar la confianza del vestuario. “Este es el momento de decidir cuál es nuestro equipo base y mantenerlo”, reconoció el técnico tras la derrota ante Chelsea.
Liverpool busca respuestas, y el tiempo apremia. Porque, en Anfield, los proyectos se sostienen con victorias.








