El Santiago Bernabéu volvió a rendirse a Jude Bellingham. En un Clásico vibrante, intenso y marcado por la polémica, el inglés fue el gran protagonista del 2-1 del Real Madrid frente al FC Barcelona. Asistió a Kylian Mbappé en el primer tanto y firmó el gol de la victoria en una actuación que reafirma su regreso al estatus de estrella mundial y su papel como nuevo líder del vestuario blanco.
El centrocampista de Stourbridge, que ya había brillado días antes en Champions, completó una semana perfecta que confirma su redención. Su lectura de los espacios, su energía inagotable y su capacidad para aparecer en los momentos decisivos marcaron la diferencia en un partido que deja al Real Madrid más líder de LaLiga y con la moral disparada de cara al tramo decisivo de la temporada.
Bellingham confirma su regreso al máximo nivel
El encuentro en el Bernabéu tuvo todos los ingredientes de una batalla entre gigantes. La conexión Mbappé-Bellingham fue letal: el inglés filtró un pase al espacio que el francés definió con clase para adelantarse en el duelo.
A las puertas del descanso, en una fase cargada de intercambios de golpes, Jude Bellingham encontró la aguja en el pajar. Aprovechó una pelota en el segundo palo para convertir y dar forma al 2-1. No solo ha recuperado el instinto que lo hizo una de las figuras del equipo en su primer año, sino también la confianza en su físico, ese que tanto le hizo sufrir la pasada temporada. La mejor versión del centrocampista inglés vuelve a estar presente, y con ella, el Madrid ha recuperado una de sus piezas más diferenciales.
Del calvario físico al renacer
La redención de Bellingham tiene raíces más profundas. La pasada temporada se convirtió en un calvario físico para el inglés, lastrado por un hombro izquierdo que le obligó a jugar infiltrado durante meses. En verano, el club optó por la cirugía, y su recuperación fue larga, meticulosa y mentalmente exigente. Hoy, esa decisión parece más que justificada: Jude vuelve a moverse con la libertad y la agresividad que lo convirtieron en una de las sensaciones del fútbol europeo.
Durante semanas, el jugador trabajó en solitario, centrado en fortalecer la zona y recuperar la confianza en los apoyos y en los impactos de juego. El proceso no fue rápido, pero sí efectivo. Su retorno al máximo nivel es, de algún modo, la recompensa a una rehabilitación impecablemente ejecutada y a su disciplina inquebrantable.
El Real Madrid vuelve a tener un líder
La diferencia respecto a hace unos meses es abismal. Ahora, Bellingham se mueve con libertad, llega al área con potencia y vuelve a ser ese futbolista que descompone líneas y genera peligro constante. Sus goles frente a Juventus y Barcelona no solo suman puntos: definen la identidad del equipo. Es el jugador que rompe partidos, que aparece cuando el contexto exige carácter y precisión, y que transmite energía en cada jugada.
El Real Madrid, consciente de su peso, ha adaptado el esquema para potenciarlo. Si el físico lo acompaña, Bellingham puede volver a ser lo que ya fue en su debut: el futbolista que marcó diferencias en Europa y que encarnó el futuro del club. Hoy, más que nunca, su nombre vuelve a ser sinónimo de jerarquía, confianza y gol.








