El 1-2 ante el Manchester City dejó al Real Madrid golpeado, pero reducir el análisis al resultado sería un error. No fue un baño táctico de Guardiola, ni un Madrid irreconocible desde el inicio. La realidad fue mucho más matizada: durante buena parte del encuentro, el City estuvo incómodo, sin profundidad y sorprendido por un plan defensivo madridista que funcionó… hasta que dos errores individuales tiraron el trabajo por la borda.
El encuentro fue un rompecabezas decidido por detalles, por momentos de brillantez de jugadores puntuales y por fallos impropios de un equipo acostumbrado a sobrevivir en Europa. La derrota no se explica con tópicos: hay claves ocultas que revelan la verdadera historia del partido.
El plan defensivo sorprendió… hasta que se autodestruyó
El Real Madrid ejecutó un plan táctico notable en la primera mitad: un 4-4-2 disciplinado sin balón y un 3-4-3 con Tchouaméni incrustado entre los centrales cuando atacaba. El bloque medio no fue pasivo; al contrario, cerró los pasillos interiores y obligó al City a una posesión plana, sin intención.
Las mejores ocasiones blancas nacieron precisamente de su defensa. La recuperación tras robo se convirtió en la vía más peligrosa para dañar al City y el gol de Rodrygo nació de esas transiciones veloces.
¿El problema? El plan no cayó por mérito del City, sino por errores propios: un gol concedido en un córner y un penalti innecesario. Dos regalos que cambiaron por completo un partido que tácticamente estaba bajo control.
Un problema estructural: la crisis de pegada del Real Madrid
Más preocupante que los errores defensivos es la incapacidad del Madrid para convertir sus ocasiones, una tendencia que ya es estructural.
xG vs City: 1.5 esperados, solo 1 gol.
En Liga: segundo peor equipo en diferencia entre goles reales y goles esperados (32 marcados / 38 xG).
En Champions: ligeramente por debajo (13 marcados / 13.6 xG).
El Real Madrid siempre fue un club que superaba los goles esperados gracias al talento diferencial de sus atacantes. Ahora, simplemente cumple —o peor—, lo cual es una señal peligrosa. No es mala suerte. Es un fallo de calidad y contundencia.
Rodrygo Goes: la constante pesadilla de Guardiola
Rodrygo firmó uno de sus mejores partidos del año. No solo marcó, sino que fue el motor de rupturas, apoyos y transiciones. Su despliegue físico fue sobresaliente: 11 sprints, la mayor cifra del equipo, y múltiples ayudas defensivas.
Su impacto contra Guardiola es histórico: 5 goles al City en Champions, igualando a Mbappé y solo por detrás de Messi y Benzema (7).
Su papel fue el de un generador total: iniciaba, acompañaba y finalizaba. En una noche difícil, él fue la chispa que mantuvo con vida al Madrid.
Jérémy Doku: el factor que partió al Real Madrid en dos
El plan del Madrid se desmoronó en gran parte por un solo hombre: Jérémy Doku. El City lo aisló repetidamente en duelos contra Valverde, y el belga ganó absolutamente todos. Su cambio de ritmo obligó al Madrid a hundirse, descolocó el bloque defensivo y abrió espacios en zonas centrales.
Guardiola lo describió así: “En sus primeros cinco metros no he visto nada igual.”
Doku no solo desequilibró: rompió la estructura misma del Madrid, que nunca encontró respuesta a su agresividad.
Vinicius, el gran ausente
Si el Real Madrid necesitaba una estrella, Vinicius no apareció. Sus números fueron alarmantes:
- 4 tiros, ninguno a puerta
- 1 regate completado
- 15 pérdidas
- 13/22 pases completados
- 0 pases clave
Su mapa de acciones fue desastroso. En un escenario de máxima exigencia, desapareció. Y en un equipo tan dependiente de sus individualidades, su ausencia pesa como una losa.
Conclusión
El Madrid cayó no por inferioridad táctica sistemática, sino por una mezcla brutal:
Un plan que funcionó hasta que se rompió desde dentro.
Una crisis de pegada que ya es estructural.
La irrupción desequilibrante de Doku.
La diferencia abismal entre el nivel de sus dos estrellas ofensivas: Rodrygo brillando, Vinicius desaparecido.








