El nuevo Valencia 25/26 empieza a tomar forma de cara al inminente inicio del campeonato liguero, precisamente la semana que viene. Los equipos empiezan a reforzarse en busca de pelear por diferentes objetivos, y el club ché buscará evitar momentos como el inicio de campaña, cuando el Valencia se hundió al fondo de la tabla. Ahora, tras el fichaje de Copete para la zaga, llega el veterano francés Baptiste Santamaría para el medio del campo.
Una carrera curtida en Francia
Críado en la cantera del Tours, irrumpió con gran fuerza hace más de diez años, en la temporada 13/14, en un club que por aquel entonces disputaba la Ligue 2. Jugando desde la posición en la que hoy llega al Valencia, marcó cuatro goles sin disputar ningún encuentro en liga hasta la decimoquinta jornada, a finales del lejano 2013, aunque se consagró como uno de los más prometedores mediocampistas de la segunda división francesa.
Repitió sus registros el curso siguiente, en el que ya era inamovible del once del club galo, mejorándolos en 2015 con seis tantos y dos asistencias, que solo servirían para acabar en la mitad de la tabla de la categoría de plata del fútbol francés. Viendo como su carrera no salía de la Ligue 2, ficharía por el Angers SCO de Primera por poco menos de 800.000€.
Fichaje barato para ser uno de los titulares indiscutibles de un equipo que se situaba en el medio de la clasificación liguera, acabando en su primera temporada en la élite en una meritoria undécima posición, siendo este el inicio del que sería uno de los mayores pilares del equipo durante cuatro años, pero que no llegaría más allá de la posición número once de su primera y última campaña.
Empezaría el curso posterior al COVID-19 en Francia, pero el Friburgo en agosto se lo llevaría por primera vez fuera de Francia por diez millones, aunque solo dando un gol y dos asistencias en su única temporada en Alemania, pues volvería a su patria de la mano del Rennes el año siguiente, por cuatro millones más que el año anterior.
El Rennes, su salto al plano de Europa
Aquella sería su primera temporada en competiciones europeas, más concretamente, la UEFA Conference League, llegando hasta octavos de final ante el Leicester City. En cuanto a su vuelta a la Ligue 1, volvería con unos registros nada despreciables con dos goles y dos asistencias, sumando un tanto más, pero sin un solo pase de gol el siguiente curso, donde sufrió una lesión en el tobillo que le mantuvo alejado de los terrenos de juego por doce partidos de liga, y cuatro de Europa League, cayendo en su vuelta al campo frente al Shakhtar en la ronda intermedia.
La temporada 23/24, la última completa en el Rennes, caería en la misma ronda que el año anterior en la UEFA Europa League, esta vez ante un rival de la talla del AC Milan, al que supo hacer cara tras un 3-0 en contra en San Siro, llegando a un 3-2 en Roazhon Park con una de las dos asistencias que daría Santamaría esta temporada.
Sin embargo, no sería pieza clave del once tras varios años en el club de Rennes la temporada pasada, siendo cedido a mitad de temporada al Niza, equipo en el que no logró una gran estabilidad, apareciendo en este verano el Valencia como el sitio ideal en el que escribir otro capítulo de su carrera, otorgándole esa continuidad en el once de Mestalla.
El futbolista que quería Mestalla acaba de llegar
Uno de los objetivos marcados por la dirección deportiva del Valencia era encontrar un pivote defensivo que consiguiera dar experiencia y rendimiento inmediato por un precio bajo, encontrando este perfil en Nico Fonseca, pero tras caerse el fichaje, vendría Baptiste Santamaría, que llegó al aeropuerto de Valencia el día de ayer por una cifra menor a los dos millones de euros, aunque sumando unos cuantos complementos que podrían llegar a esa cifra.
De esta manera, sería el cuarto fichaje en llegar al grupo de Carlos Corberán tras los fichajes de Raba, Copete y la cesión de Aguirrezabala, siendo para Santamaría la segunda vez en su carrera que se enfunda una camiseta de un club ajeno a las competiciones del fútbol francés, teniendo como antecedente su paso por Alemania, no muy fructífero, aunque esa es una situación que en la capital del Turia esperan no ver con el galo.
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