La derrota por 0-2 del Real Madrid frente al Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu dejó a muchos sin palabras, pero el marcador solo cuenta una fracción de la historia. Las verdaderas claves para entender este tropiezo son más reveladoras de lo que parecen y exponen una cadena de problemas interconectados.
La paradoja de jugar mejor con diez hombres
Resulta contraintuitivo, pero el período de juego más agresivo, intenso y peligroso del Real Madrid llegó únicamente después de que Fran García fuera expulsado y el equipo ya perdía por 1-0. Con un jugador menos, el equipo finalmente mostró «la actitud, la energía y la entrega que se le tiene que demandar a un equipo para competir», algo ausente hasta ese momento de desesperación.
Tras la tarjeta roja en el minuto 64, los pases se volvieron más intencionados y verticales, con una clara voluntad de crear peligro, en agudo contraste con la pasividad de la primera hora de juego. Este fenómeno obliga a reflexionar sobre la mentalidad de un equipo cuando la necesidad, y no la estrategia, se convierte en su principal motor. Sin embargo, esta reacción tardía no fue más que el síntoma de un problema táctico mucho más profundo que había dominado el encuentro.
La radiografía de un ataque predecible y estéril
El análisis táctico del partido revela un patrón de pases conocido como la «famosa U». Este dibujo describe cómo el balón se movía horizontalmente de una banda a otra, y de vuelta, pero casi nunca lograba penetrar el área rival con pases verticales que rompieran las líneas defensivas. Este patrón es la manifestación táctica de un equipo que carece de la ambición y la intensidad para asumir riesgos.
Esto expone un problema significativo del equipo para generar ocasiones claras contra defensas organizadas en bloque bajo, como el sistema 5-4-1 que planteó el Celta. Un equipo displicente y sin ideas recurre naturalmente a pases seguros y horizontales. El Real Madrid llegaba sin problemas a campo contrario, pero una vez allí, demostraba una alarmante previsibilidad, una consecuencia directa de una crisis que va más allá del esquema en la pizarra.
¿El problema del Real Madrid es más de actitud que de táctica?
Esta previsibilidad táctica no nace en el vacío; es el resultado directo de una actitud que las críticas más duras no dudaron en calificar de «displicente» y carente de «ambición». Un ejemplo concreto y muy criticado fue la decisión del técnico Xabi Alonso de conceder dos días libres al equipo tras la victoria anterior, una medida que envió un mensaje erróneo y fomentó una cultura de complacencia.
Este punto se refuerza al recordar la advertencia que Thibaut Courtois había hecho públicamente tras un partido anterior, subrayando la necesidad de competir siempre al 100%, sin importar el rival. Fue una lección que, a la vista del resultado contra el Celta, no se aprendió, y que desató una frustración incontenible ante la falta de esfuerzo.
Los números no mienten: de favoritos absolutos a una liga en el aire
La culminación de esta cadena de errores —una actitud deficiente que lleva a una táctica estéril y a una derrota merecida— se refleja de forma contundente en las estadísticas. Hace apenas un mes, la probabilidad de que el Real Madrid se proclamara campeón de liga superaba el 90%. Era el favorito absoluto.
Tras este partido, esa probabilidad se ha desplomado hasta el 49.9%. Esto sitúa la carrera por el título en un escenario prácticamente de «50/50», con el Barcelona acechando con un 40.3% de posibilidades. Un solo resultado, sintomático de los problemas recientes, ha transformado una ventaja que parecía cómoda en una batalla de máxima tensión.
Una llamada de atención antes de la tormenta en el Real Madrid
La derrota ante el Celta fue más que un mal resultado; fue un espejo que reflejó problemas profundamente arraigados en la actitud, que a su vez infectan la táctica y comprometen la consistencia del equipo.
Con el crucial enfrentamiento de Champions League contra el Manchester City en el horizonte, la pregunta es inevitable: ¿servirá esta humillante caída como la llamada de atención necesaria, o son estas fallas expuestas demasiado profundas para ser corregidas a tiempo ante un rival tan formidable?
El equipo tendrá problemas para armar la línea defensiva, pues no dispondrá de varios jugadores clave y tendrá que lidiar con la posible necesidad de poner a jugadores fuera de posición, como Asensio de central o Valverde de lateral, para enfrentar el alto nivel ofensivo del City. El Madrid carece de la agresividad y la mentalidad necesarias para un partido de lucha contra el City, y si no encamina el partido rápidamente a través de la velocidad de Vinicius y Mbappé, puede exponerse a un encuentro muy largo
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