A la tercera fue la vencida para el Celta en esta pretemporada 25/26. Los de Claudio Giráldez consiguieron su primer triunfo de la serie de amistosos contra el CD Nacional de Madeira. Los goles de Hugo Sotelo y Hugo González pusieron la guinda a un partido en el que mostraron mejoría. El equipo vigués se vio más agresivo y alto en la presión, lo que le ayudó a robar y a generar ocasiones.
Mini-crónica del tercer amistoso
El Celta apostó por no rotar mucho de inicio con respecto al último amistoso en Braga. Las carencias mostradas se vieron opacadas por el buen hacer de los locales en la presión. Desde el arranque intentaron dificultar la salida de balón rival y robar en campo contrario, algo característico de este equipo. Los lusos sufrieron ahí con el paso de los minutos, y su guardamenta França salvó con méritos al equipo hasta la media hora. Hugo Sotelo se encargó de transformar a lo «panenka» un penalti cometido sobre Durán, a pase de Javi Rueda. Swedberg se unía con Hugo Álvarez a la resignación por las grandes intervenciones del portero del Nacional.
Con el pitido inicial tras el descanso, hubo menos cambios a los que acostumbraba Claudio en las primeras pruebas. Con los minutos fue introduciendo aire fresco para que todos sus jugadores rodasen. Mientras tanto, Jones El-Abdellaoui seguía como un puñal por la banda diestra. Avisó en dos ocasiones, con palo incluido, antes del gol de Hugo González. El tanto llegó en un error en la salida de pelota de los de Madeira, que recogió y colocó el 33 dentro de las mallas. Tincho tuvo una volea que salvó bajo palos la defensa visitante para evitar el 3-0. A partir de ahí, los dos equipos fueron bajando el ritmo y aceptando el resultado.
«Más cerca de área, más peligro»: el análisis del Celta 2-0 Nacional
El equipo vigués se vio menos sometido que en las últimas dos pruebas contra Famaliçao y Braga. Bajo la lluvia de Mos, los de Balaídos mostraron de nuevo sus fortalezas mientras no llegan más refuerzos para el ataque. Bien lo sabe Claudio que cuanto más lejos está el Celta de área propia, más cómodo se siente. En la mañana de hoy se ha comprobado y además con pocas pero claras claves.
Altura, agresividad y ritmo
Como se comentó con anterioridad, Giráldez y sus pupilos propusieron hacer más daño en el campo rival. Tanto en la primera como en la segunda mitad se vio que el equipo portugués sufrió una y otra vez para sacar el balón desde atrás. Los locales fueron quienes de transformar esas recuperaciones en ocasiones. Esa combinación de marcaje al hombre y agresividad en las pelotas divididas fue importante. También, la movilidad mostrada por todo el equipo a la hora de pedir y jugar el balón ayudaron a encontrar rendijas en la defensa del Nacional. El carril diestro, con Javi Rueda hasta su cambio y con Jones, volvió a generar desborde.
Además, Claudio pedía al término del partido en Braga más ritmo de pelota cuando se llegaba al último tercio. En línea con la segunda parte de ese choque, sí se apreció a los vigueses arriesgar más para pisar área. Esa aceleración comenzaba gracias a la buena circulación de balón que dieron Miguel Román y Sotelo. El todavía jugador con ficha del filial, Román, sigue ganando enteros para hacerse un hueco en ese centro del campo. El atrevimiento mostrado y la personalidad hacen que destaque a la hora de jugar el esférico. Las bandas formadas por Álvarez y Wiliot ya fueron más protagonistas aprovechando los espacios.
Finalizar jugadas
Otro de los puntos importantes en este triunfo del Celta es que se consiguió transformar esos acercamientos en tiros. La presión fue la base de todo pero las jugadas que nacían de posesiones largas también tuvieron en su mayoría finalización. Algo que no venía ocurriendo en las primeras pruebas. En el primer tiempo cabe destacar que el peligro llegó en disparos de los extremos. Pero no solo desde zonas exteriores, sino gracias a aparecer en donde no había compañero. De hecho, el ourensano Álvarez tuvo dos ocasiones que remató casi como delantero centro gracias a los movimientos de Pablo Durán.
En la segunda parte, esas finalizaciones del Celta aparecieron igualmente al recuperar pero también fruto de las conducciones de El-Abdellaoui. Fue el exponente de que los recién clasificados para Europa hicieron daño más por las bandas que por dentro tras el descanso. Creó dos disparos, uno marca de la casa con ese recorte hacia la pierna zurda, y el otro acabó en el poste cuando venía forzado en carrera.
Portería a cero y caras nuevas
Esa buena presión apenas inquietó la portería de Ionut Radu e Iván Villar. No tuvieron mucho trabajo bajo palos, algo más el meta de Aldán en los minutos finales, fruto de la relajación del equipo. En general, las dos defensas empleadas por el entrenador de O Porriño estuvieron serias y sin complicaciones. Fueron quienes también de arriesgar al sacar el balón desde atrás y practicar ese juego que busca su líder.
En esa parcela defensiva, vimos a Javi Rueda como carrilero diestro. El lateral, después de volver de cesión del Albacete, cayó lesionado al principio de la pretemporada. Ya con el alta médica desde el lunes, pudo debutar con el primer equipo durante la primera media hora. Carreira entró en su lugar después de ser un auténtico puñal por ese costado, dejando buenas sensaciones con su peligro y velocidad.
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