Las llegadas de Miguel Loureiro y Riki Rodríguez al Dépor no parece que vayan a llegar a buen puerto. Aunque ambos futbolistas quieren recalar en Riazor, el conjunto gallego se ha encontrado con las reticencias de sus clubes de origen a dejarlos marchar por menos de la cantidad económica que estiman adecuada, a pesar de que a ambos futbolistas solo les resta un año más de contrato.
El Dépor quiere fichar, pero no a cualquier coste
Fernando Soriano, tras la presentación de Luismi Cruz, dejó claro cuales eran las posiciones a reforzar para terminar de cubrir las necesidades de Antonio Hidalgo: «Estamos en previsión de hacer otra entrada en la posición de central y está claro que hay que reforzar el lateral izquierdo. También llegará un delantero y el resto dependerá de las salidas«.
Para la zona de la defensa, Miguel Loureiro e Ignasi Vilarrasa fueron las dos peticiones que planteó Hidalgo, futbolistas que ya conocía de su etapa en el Huesca y que aportarían un rendimiento inmediato. Además, Riki Rodríguez es un viejo anhelo de la dirección deportiva, que ya intentó su fichaje en el pasado mercado de invierno. Dos operaciones que el Dépor puso en marcha, asumiendo que tendría que hacer un desembolso económico para sacarlos de dos equipos saneados que no tienen necesidad de vender.
En el caso de Miguel Loureiro y el Huesca, la situación es clara. Alfonso García, consejero del club, dejó claro en una entrevista para el medio Balones Fuera que «el Huesca no necesita vender y que las condiciones las marcará el club que venda, por lo que si llega una oferta tendrá que colmar las aspiraciones del club en el que milita el jugador.» La cláusula del jugador es de un millón de euros y el conjunto oscense estaría dispuesto a dejar salir al futbolista por una cantidad de 600.000 euros.
Recordemos que al jugador le queda sólo un año más de contrato. Ante esta situación, y según adelantó Juan Yordi en Marca, el Deportivo no retomará la operación, salvo giro radical. Desde A Coruña están dispuestos a pagar una cantidad aceptable, pero nunca los 600.000€ que pide el conjunto oscense.
Misma situación con Riki y el Albacete
Riki Rodríguez quiere jugar en el Deportivo. El capitán del Albacete rechazó hasta en dos ocasiones renovar con el club y aceptó la propuesta de contrato que le ofrece el equipo gallego. Cuatro años de contrato, con una importante subida salarial. Al igual que con Loureiro, las dificultades están en la negociación con su club. El Albacete no quiere dejar salir a uno de los jugadores más importantes de su plantilla, que además cuenta con una cláusula de rescisión de dos millones de euros.
El dinero tampoco es un problema para el conjunto manchego, que tras la venta de Kofane al Bayer Leverkusen cuenta con capacidad económica suficiente para no dejar marchar a sus futbolistas a cualquier precio. El Deportivo presentó una oferta, pero estuvo lejos de las pretensiones del club.
Desde la dirección deportiva del Albacete, comandada por el exdeportivista Toché, aspiran a renovar a su capitán, que termina contrato el 30 de junio de 2026. Un jugador por el que no están dispuestos a negociar, a pesar de que recibiría una importante cantidad económica por un jugador al que únicamente le resta un año de contrato y que no parece dispuesto a continuar en el club más allá del término de su contrato.








