Todo parecía indicar que Miguel Loureiro no jugaría en el Deportivo de La Coruña, pero en las últimas horas las negociaciones entre clubes están próximas a fructificar. El central gallego abandonará el Huesca para convertirse en el cuarto fichaje de la entidad coruñesa en este mercado de traspasos, reforzando una defensa todavía incompleta.
Huesca y Deportivo, obligados a entenderse
Miguel Loureiro quiere vestir de blanquiazul. El jugador gallego creció mucho a las órdenes de Antonio Hidalgo, que lo convirtió en uno de los grandes centrales de la categoría y no piensa en otra cosa que no sea seguir evolucionando de la mano del entrenador catalán. Hace unos días parecía que el Deportivo se plantaba ante las pretensiones del Huesca, pero la presión del jugador para volver a casa está siendo clave para que fructifique el traspaso.
Una situación que no siempre llega a buen puerto, pero que en este caso parece que sí va a cumplir con el tópico de que «el jugador siempre juega dónde quiere». La operación estaba bloqueada en los 600.000 euros que pedía el conjunto aragonés, de los cuales la mitad le corresponderían al Lugo, que se guardó un porcentaje en caso de futura venta. Las últimas informaciones, adelantadas por Juan Yordi en Marca, aseguran que gracias a la presión del futbolista esta cantidad podría disminuir, desbloqueando el fichaje. La otra opción que se baraja es que el propio Miguel Loureiro, al que le queda un año de contrato, rescinda su vinculación con el Huesca o que incluso perdone parte de la cantidad que le corresponde por ese año firmado.
Además, al Deportivo no solo le interesa que la operación se lleve a cabo para contar con un gran futbolista, sino que también abriría la puerta de salida a Álex Petxarroman. La polivalencia de Loureiro le permite adaptarse al lateral derecho, posibilitando la salida del jugador vasco, que cuenta con una de las fichas más altas y que con su liberación facilitaría la llegada del resto de fichajes que tiene todavía por hacer Fernando Soriano.








