Saul Ñíguez, uno de los canteranos más prometedores y con más talento que ha dado la academia rojiblanca en su historia, llegaba a 2016 en su momento “prime”. Con tan solo 21 años, se había convertido en la sensación del equipo de Simeone en un momento con jugadores dentro del equipo como Fernando Torres, Antoine Griezmann, Gabi, Godín, Oblak o Koke, que habían formado uno de los mejores equipos de la historia del club y que en mayo de 2016 llegaba a la final de la Champions que tan mal recuerdo dejó a todos los atléticos.
En la eliminatoria previa a la final, Saúl protagonizó uno de los goles más bonitos que ha visto el aficionado rojiblanco, y que el añorado Estadio Vicente Calderón tendrá en su memoria. Aquel golazo contra el Bayern de Múnich impulsaba al equipo a la final de la competición, la cual certificarían días después en el estadio Allianz en aquel empate numantino de los rojiblancos.
Un futuro que parecía prometedor
Saúl no paraba de tener ofertas de los grandes de Europa, los compañeros que habían triunfado en el viejo continente, como Fernando Torres, le aconsejaban que se quedara un tiempo más en el Atlético de Madrid, ya que la vida deportiva le daría más oportunidades y debía aprovechar la inercia de este Atleti campeón para hacer historia en el club de sus amores.
Y así fue, el jugador renovó con el Atleti, mejorando su salario sustancialmente. El contrato era de 10 temporadas y de casi 7 millones de euros netos al año. ¿Un contrato a la altura de un jugador como Saul? Pues el paso del tiempo ha demostrado que no. No solo no estaba a la altura del jugador, sino que tampoco lo estaba a la altura de un club como el Atlético de Madrid. Pasaron los años y el rendimiento fue a menos, solo aquel gol al Real Madrid en la final de la Supercopa de Europa de 2018 dejaba destellos del Saúl que todos recordaban.
Simeone intentó siempre tenerlo en cuenta, buscarle protagonismo y confiar en él, ya que al fin y al cabo, era de los suyos, de su guardia pretoriana. En el curso de la liga 20/21 en la que el Atleti fue campeón, Saúl acabó jugando de carrilero izquierdo, ya que otros jugadores habían ocupado su puesto en el centro del campo. Una cesión en la siguiente temporada al Chelsea, (sin pena ni gloria, pero que sirvió para que Griezmann volviera al Atleti) fue de sus últimos servicios al club rojiblanco. Regresó, pero nunca volvió a ser el Saúl que enamoró a la afición colchonera.
Una nueva etapa en el Sevilla FC
La temporada pasada, cuando el club nuevamente entraba en una regeneración profunda, Saúl salía cedido al Sevilla, un club en horas bajas que casi no podía pagar ni un 20% de su salario, el resto lo asumía la entidad madrileña. El 30 de junio de 2025 Saúl Ñíguez se despedía del Sevilla, y si el club no consigue buscarle un acomodo nuevamente en la ciudad hispalense o en otro club, solo quedaría la opción de la rescisión de contrato.
Por todos es sabido que Simeone y la entidad están en pleno proceso de regeneración de la plantilla, están llegando nuevos y jóvenes jugadores en las posiciones del perfil izquierdo y el centro del campo, por lo que Saúl ya no tiene sitio. Los atléticos le desean lo mejor y que vuelva a sentirse futbolista, eso es lo mas importante, pero el club debe aprender de los errores cometidos, y sin duda la renovación del jugador en las condiciones en las que se realizó, tiene un riesgo excesivo, que el Atlético de Madrid no puede asumir.