El FC Barcelona vuelve a mirar al mercado, pero quizás la respuesta esté en su propio vestuario. Con la negativa definitiva de Nico Williams, el club azulgrana ha vuelto a encontrarse con una situación ya habitual en los últimos años: necesidad de reforzar posiciones clave con una economía limitada y una planificación condicionada por el fair play financiero. Mientras los nombres de grandes figuras como Luis Díaz, Leão o Barcola suenan en los despachos, cada uno más caro que el anterior, hay un perfil que ya se está abriendo paso desde dentro: el de los jugadores del filial blaugrana.
Entre ellos, uno ha destacado con fuerza en los últimos meses: Jan Virgili. Extremo, vertical, atrevido y con gol, ha protagonizado una explosión meteórica en la 24/25 que lo coloca, con apenas 18 años, como una alternativa real para el primer equipo. Este artículo repasa su contexto, trayectoria y lo que puede aportar al sistema de Hansi Flick.
El mercado se atasca y la Masia se agita
La semana pasada se confirmó la noticia: Nico Williams no jugará en el Barça. A pesar de tener todo acordado, el extremo del Athletic renovó por la falta de garantías que el club azulgrana ofrecía para su inscripción. Su negativa dejó un hueco importante en la planificación deportiva.
Desde ese momento, comenzaron a circular nombres para reforzar la banda izquierda del ataque culé. El principal favorito en los despachos parece ser Luis Díaz, aunque su fichaje se presenta como una operación costosa. Aún más inalcanzables parecen opciones como Rafael Leão, Bradley Barcola o Kenan Yıldız, todos ellos consolidados en clubes top de Europa y con precios que el Barça no puede asumir en el corto plazo.
Y es en ese escenario donde muchos han dejado de mirar hacia la solución más cercana: La Masia. La cantera blaugrana ha sido históricamente la cuna de extremos con un sello inconfundible: abrir el campo, encarar sin miedo, y ser verticales cuando el juego lo pide. Desde Pedro Rodríguez, hasta figuras que pasaron por el primer equipo como Deulofeu, Adama Traoré o Tello, e incluso jóvenes que se quedaron por el camino como Carles Pérez o Álex Collado, el perfil está muy definido.
Y dentro de esa nueva generación, hay un nombre que destaca: Jan Virgili, el extremo del filial más preparado para dar el salto.
De Vilassar al escaparate europeo
Jan Virgili, nacido en 2006 en Vilassar de Mar, ha tenido un camino peculiar antes de aterrizar en la cantera azulgrana. Formado en distintas escuelas del fútbol catalán como la Damm o el Espanyol, fue en el Nàstic de Tarragona donde explotó en categoría juvenil, anotando 18 goles en su segunda temporada y logrando el ascenso a División de Honor. Ese rendimiento lo llevó a firmar con el Juvenil A del Barça para la temporada 2024/25.
Empezó dejando huella en División de Honor con un doblete en su debut y participando activamente en la exigente Youth League. Aunque ya había hecho algún entrenamiento con el primer equipo, su debut con el Barça Atlètic llegó en enero. Sus primeras apariciones fueron como revulsivo, aportando frescura y desborde en tramos finales de partido.
Mientras ayudaba al filial a pelear por la salvación en Primera RFEF, también era parte importante de un Juvenil A histórico, que se coronó campeón de las tres competiciones: UEFA Youth League, Copa del Rey juvenil y División de Honor. Su crecimiento fue imparable, y acabó siendo titular en el tramo decisivo de temporada con el Barça Atlètic, donde dejó claro que su nivel ya está por encima de la categoría.
Tras ese gran cierre, fue convocado por la selección española sub‑19 para disputar el Europeo. Aunque partía como suplente por detrás de extremos más consolidados como Antonio Cordero o Pablo García, aprovechó su momento: en la última jornada de fase de grupos firmó un gol y una asistencia. En la inolvidable semifinal ante Alemania (6‑5), entró en el minuto 81, marcó un golazo en el 113 y dio la asistencia decisiva en el 119.
El perfil ideal que Flick necesita
Jan Virgili es uno de esos jugadores que queman etapas sin mirar atrás. Con apenas 18 años, ha sido clave en tres equipos distintos (Juvenil, filial y selección) en la misma temporada. Acumula 8 goles en 2025 y su influencia en el juego va más allá de los números.
Su gran virtud es la mezcla de velocidad y técnica, que le permite encarar a cualquier defensor. Su juego está lleno de picardía e intención: controles orientados, regates en carrera, amagos de cintura, arrancadas en corto o largos cambios de ritmo. Y todo esto con una visión de juego que le permite dar pases filtrados peligrosos desde la frontal o en zona de centro lateral.
En el filial ha jugado sobre todo por la banda derecha, donde desborda a pierna natural y saca centros tensos atrás. Pero donde más daño ha hecho es por la banda izquierda, perfil que ocupó tanto con el juvenil como con la selección. Desde ahí, busca rápidamente el carril interior con diagonales que lo acercan al área.
Hansi Flick ya lo ha observado de cerca en entrenamientos, y conoce su versatilidad para jugar en cualquiera de los tres puestos ofensivos. La gira de pretemporada será decisiva para saber si está listo para subir el siguiente escalón. Y si lo demuestra, quizás el Barça no tenga que buscar más fuera, lo que ya tiene dentro.
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