Durante el partido que enfrentaba a Independiente contra Universidad de Chile, el feudo del equipo local vivió uno de los disturbios más graves que se recuerdan en la historia de la Copa Sudamericana.
La tensión previa
La noche del 20 al 21 de julio ha quedado marcada en la historia del futbol sudamericano, y desgraciadamente, no por lo deportivo. Las agresiones y los disturbios en el estadio de los rojos fueron el centro de atención durante todo el partido.
El Estadio Libertadores de América acogía la vuelta de los octavos de final de la Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y U de Chile. Todo apuntaba a que sería una gran noche, pues aunque ‘los de la U‘ venían con un gol de ventaja del primer encuentro, la remontada de los argentinos era posible. Sin embargo, el fútbol paso a un segundo plano poco después de iniciar el encuentro.
La afición visitante, situada en la parte superior del estadio comenzó a lanzar desde piedras hasta asientos a los hinchas locales, más específicamente a los Diablos Rojos de Avellaneda, sección mas radical del estadio. La gravedad de la situación escaló abismalmente, los chilenos comenzaron a prender sillas e incluso se reportaron bombas de estruendos. Tras la primera mitad, donde parecía que el clima se había enfriado un poco, los jugadores se iban al vestuario con empate a uno en el marcador.
Una batalla campal
La desgracia ocurrió al poco de comenzar el segundo tiempo, en el minuto 48′ Gustavo Treja, árbitro del encuentro, suspendió el partido. Los jugadores se marcharon rápidamente a los vestuarios, pero en las gradas la acción continuó. Los ultras del Rey de Copas escalaron a la zona donde se encontraban los aficionados chilenos para comenzar un acto digno de película. Armados con barras de metales, comenzaron a propagar golpes a la mayoría de los seguidores de U de Chile. La brutal agresión continuaba. Hinchas desnudos, desmayados en el suelo, o cayendo al vacío dejaban imágenes aterradoras.
Sanciones al caer
Un centenar de detenidos y muchísimos heridos han abierto todas las portadas del mundo. La Conmebol ya ha anunciado que el partido no se reanudará, y que el pitido final se dará en las oficinas. Los chilenos ya habían sido avisados por malas conductas de sus aficionados, aunque seguramente ambos equipos sean sancionados. Se espera una gran amonestación, desde económica hasta un posible cierre de estadio.








